viernes, 13 de octubre de 2017

La premonición de Safeyce

La premonición de Safeyce es una novela ambientada en El Cabezo de la Escoba, un yacimiento de la Edad del Bronce, ubicado en el término de Villena, con una cronología que lo sitúa en el Bronce Antiguo (2200-1500 a.C). Este yacimiento se halla en la confluencia de tres áreas culturales: El Argar, el Bronce valenciano y el Bronce de La Mancha. Precisamente allí, José María Soler, arqueólogo local, y su equipo habitual encontraron en diciembre de 1963 el Tesoro de Villena, conjunto de piezas heterogéneas en oro y plata que está considerado el segundo más importante de Europa, tras el tesoro de las tumbas principescas de Micenas. Las más de sesenta piezas  tienen un peso de algo más de nueve kilos de oro y seiscientos gramos de plata. También hay unos pequeños objetos en hierro, considerado en el tiempo de la ocultación un metal precioso. Sin embargo, es sorprendente que fuera de Villena, incluso en las mismas poblaciones de alrededor, no se conozca.
He conocido la existencia de esta novela gracias a facebook, alguien del pueblo a quien no conozco, me hizo una solicitud de amistad y acepté, después llegó la anónima de "La premonición de Safeyce" y también dije que sí. Durante meses, intrigada, he ido leyendo diversos artículos sobre la Edad del Bronce y el Tesoro de Villena sin saber la identidad del autor o autora, extrañada sobre todo por esa forma peculiar de entrar en contacto con futuros lectores, en poco tiempo ha llegado casi a 1.400, utilizando el novedoso método de publicidad por entregas. Hasta que cayó el velo y su autora, Rosario Mondéjar, se dio a conocer ahora que la novela está a punto de salir, después de estar gestándose más de cuatro años. Rosario cuenta cómo surgió la idea: "Después de asistir de forma continuada a las visitas a Cabezo Redondo, tanto en las jornadas de puertas abiertas como en las visitas programadas, me di cuenta de que el poblado estaba muy bien; sus casas, sus callejas, sus supuestos techados, sus hornos, sus restos de fauna, sus restos humanos, pero... A Cabezo Redondo le faltaba algo: ¡le faltaba vida! Faltaban ruidos, olores, niños corriendo, mujeres moliendo trigo, pastores controlando el ganado, jefes intercambiando objetos con viajeros... "
La protagonista es una mujer: "La primera vez que me senté frente al ordenador, con la hoja en blanco, reflexioné sobre quién iba a llevar la voz cantante en esta historia. Quería que fuera un personaje con mucha fuerza y con mucha intuición. Inevitablemente pensé que una mujer podía responder con facilidad a ese papel, pero tenía un problema: las mujeres en la Edad del Bronce no valían nada. Las mujeres eran "cosas" que los padres y los maridos traían, llevaban y manejaban a su antojo (tampoco hemos cambiado tanto tres mil años después, no hay más que asomarse a las noticias, por desgracia). Pero, a pesar de todo, puse a una mujer entre los personajes claves de la novela ¡bastante nos ha quitado ya la Historia!".
Esta novela histórica, que parece que es la primera ambientada en esta época en la Península Ibérica, verá la luz muy pronto. Esperemos que esté a la altura de las expectativas creadas.

jueves, 12 de octubre de 2017

Blog del arquitecto Santiago Fajardo



De Madrid siempre se disfruta. Santiago Fajardo nos propone en su blog una serie de rutas con sus correspondientes vídeos para recorrer tranquilamente sus calles y conocer sus lugares más representativos. Merece la pena hacerle una visita. 
El vídeo que aparece aquí nos adentra en la Sociedad General de Autores. 

domingo, 8 de octubre de 2017

Traductor, traidor

Recomiendo leer en El País el artículo de Paula Corroto, Los personajes invisibles de la literatura, sobre la figura del traductor que ejerce en la sombra una labor esencial, dificilísima y, casi siempre, mal remunerada. Existe una expresión italiana: traduttore, traditore (traductor, traidor) que refleja la absoluta imposibilidad de conseguir una traducción fiel al original. El nombre del traductor suele quedar reducido a la primera página y, sin embargo, su voz está en todo el relato.

Como una lectura siempre me lleva a otras, reproduzco la entrevista que hicimos en el IES Luis Buñuel para El País de los Estudiantes (2006) a Emilio Garcia Ruiz, un profesor sabio que dedica su tiempo a esta labor apasionante e ingrata por amor al arte, al latín y a la literatura.


lunes, 2 de octubre de 2017

Los Cinco y yo, Antonio Orejudo

Antonio Orejudo (Madrid,1963) estudió en el colegio Montserrat del Hogar del Empleado, luego Filología Hispánica y ahora es profesor en la Universidad de Almería. Reseño aquí su último libro porque me lo han regalado (yo también me leía en las siestas los libros de Los cinco cuando era pequeña) y porque en los primeros capítulos del libro relata su paso por el colegio donde mi amiga Susana (la hermana de Lucía Etxebarría) le dio clase de Lengua y Literatura. Yo estaba en aquellos tiempos en el Covadonga.
Su quinta novela, Los Cinco y yo, comienza con la presentación de un libro titulado After Five, un éxito que ha convertido a su autor en millonario y celebrity global. Esta presentación en el congreso anual sobre Enid Blyton, la escritora que triunfó con las aventuras de Los cinco, servirá de hilo para una autobiografía que se alimenta de hechos reales y fantásticos (disparates y deseos), que pasa de la sátira del mundo que nos rodea a la crítica literaria.
Sus recuerdos son los de la generación que desbordó los colegios a finales de los sesenta. Es esa generación que, según el narrador, ha pasado por la historia sin actuar sobre ella, que llegó demasiado pronto a la Transición y demasiado tarde al 15-M. Una generación pasiva y acomodaticia. A la muerte de Franco, “los que se hicieron con las riendas del país tenían entonces la edad de Cristo. Nosotros, que acabábamos de cumplir diez, once o doce años, teníamos la edad de Los Cinco”. En los años sesenta faltaban viviendas y colegios ante la avalancha de inmigrantes que llegaban con la intención de buscarse un sustento o, en el mejor de los casos, de colocarse en un banco o en una compañía de seguros. Ofrecer vivienda y orientación espiritual a esa legión de futuros empleados de banca, botones y auxiliares administrativos fue la gran obra de Tomás Morales, fundador del Hogar del empleado, residencia masculina que pronto se quedó pequeña y la transformó en una constructora benéfica de viviendas sociales en el extrarradio de Madrid, en cuyos bajos se instalaron colegios subvencionados de EGB,BUP y COU.
Los dos primeros capítulos, para mí los más entrañables, contados con gracia y desparpajo, están dedicados a su infancia y adolescencia en ese barrio de Moratalaz, al descubrimiento del sexo y de las chicas en las clases mixtas, a los primeros pantalones vaqueros, a los porros, a las sesiones de cine porno. Un chico sensible como él se decantó afortunadamente por la guitarra, la literatura y el cine, mientras que otros se quedaron enganchados a las drogas porque nadie les avisó de sus efectos negativos. Recuerda la existencia de tutores en las clases, las huelgas y las asambleas de alumnos. "Visto desde hoy, me admira la templanza de Leonardo, el director de entonces, que nunca puso trabas a nuestras asambleas y movilizaciones políticas. Los delegados asistíamos a las reuniones y a continuación informábamos a nuestras respectivas clases, cada una de las cuales debatía como nos habían enseñado -pidiendo turno de palabra y escuchando los argumentos contrarios". ¡Qué diferencia con las últimas huelgas de enseñanza! Resulta que a pesar de todo en la transición los padres eran más permisivos y los alumnos y los profesores más libres que en la actualidad.
El resto de la novela es desigual, está dedicada a su formación como escritor. Destaco las páginas donde se cuenta qué fue de Julián, Dick, Ana y Jorge porque del perro, Tim, lógicamente se habla poco. 

 Foto insólita de los años 60 de Juan Manuel Pando Barrero de Zona de "los Tejares" próxima al Tejar de Sixto, antes de que se construyese el centro Monserrat. Las de la izquierda son las casas de empleados de la FNMT; las del centro, donde estaban los locales comerciales que servían de aulas del Montserrat; y a la derecha del todo, la que hace esquina entre Dr. Esquerdo y Sainz de Baranda. La foto está tomada desde el terreno que ocupa el Montserrat “de abajo", desde lo que ahora es la calle Juan Esplandiú. Piscinas del Mundial 86.


sábado, 30 de septiembre de 2017

Calendario literario (Octubre 2017) de Juan Bautista

Fiel a la cita, aquí tenéis el calendario del mes de octubre.
Como ya sabéis, hay que pinchar en el enlace y, después, debajo de cada escritor para acceder a la información escrita y audiovisual:

El documento de slideshare es solo para consultar o fotocopiar:


viernes, 29 de septiembre de 2017

Estados Unidos del amor, película polaca


Esta película del director Tomasz Wasilewsky de extraño título, Estados Unidos del amor, situada en Polonia en los años noventa, justo después de la caída del Muro de Berlín, nos retrata la vida de cuatro mujeres profundamente infelices que intentan lidiar con la represión sexual y los amores insatisfechos. Lo que cuenta y cómo lo cuenta es de una crudeza inaudita en el cine por su naturalismo y no deja a nadie indiferente.  En primer lugar, advertir al espectador que cuesta entrar en estas historias que se muestran fragmentadas y no siguen una línea temporal, donde los subtítulos apenas se pueden leer sobre el fondo gris de la pantalla. Lo segundo, que la soledad del ser humano está perfectamente retratada con fiereza en estos personajes, que nunca sonríen, con escenas de sexo explícito, oculto, prohibido, en ocasiones violento. Me ha recordado a los desnudos del pintor Lucian Freud que resaltan la fealdad humana y a las mujeres solitarias de Hopper, conmovedoras y mudas, aquí sin color para hacer todavía más patente su dolor. Planos fijos, planos secuencia, cámaras que acompañan a las actrices en un ir y venir hacia la desolación por un suelo invernal en mitad de la nada. Me ha parecido que este retrato de la sociedad polaca en transición al capitalismo tiene mucho que ver con la España franquista. Resumiendo: sórdida y aterradora, pero fascinante. La recomiendo.

miércoles, 27 de septiembre de 2017

Hermanos y escritores


Un hermano es un amigo dado por la naturaleza para toda la vida. Los hermanos no solo comparten genes, la cultura, la educación o la clase social, además comparten las experiencias que suceden dentro de la familia y viven los mismos acontecimientos, lo que les ayuda a adquirir aficiones o profesiones similares. Al repasar algunas biografías de autores descubrimos que son numerosos los hermanos que se dedican al oficio de la literatura, tanto trabajando conjuntamente como por separado y que, a veces, la profesión se hereda de padres a hijos. Pero las relaciones fraternas, como todas las relaciones sociales, no siempre son idílicas y pueden llegar a ser muy complicadas pasando del amor al odio, tanto en la infancia como en la edad adulta, generalmente por haber recibido un trato no equitativo por parte de los padres, por celos o por envidia. Incluso los hay que aprovechan la muerte del otro para airear los trapos sucios de la familia. Veamos algunos ejemplos:

1.- Los hermanos gemelos

Según las últimas investigaciones Juan y Alfonso de Valdés, representantes del pensamiento erasmista español en el s. XVI, eran hermanos gemelos. Juan es el autor del famoso Diálogo de la lengua y hasta finales del XIX a él se le atribuyeron las obras de  Alfonso por haber sido impresas de forma anónima (Diálogo de Mercurio y Carón y Diálogo de las cosas acaecidas en Roma).

La escritora Dulce Chacón (La voz dormida) siempre soñó con escribir una historia sobre una princesa azteca y un conquistador español, pero el cáncer se lo impidió. Fue su hermana gemela, Inma Chacón, quién escribiría la historia por ella ('La princesa india'). "Éramos complementarias en la vida desde que nacimos. Yo era su lectora, corregía todo y le ayudaba en la documentación. Así que para mí escribir esta novela ha sido la razón moral para haber sobrevivido a mi hermana, porque su muerte me pareció absurda. Si vinimos juntas, yo entendía que nos teníamos que ir juntas".

2.-Los hermanos que escribieron juntos

Entre los hermanos que firmaron conjuntamente sus obras y permanecieron juntos figuran: los hermanos Grimm, los Goncourt y los Álvarez Quintero.

Antes de llegar a los treinta años los hermanos Grimm ya habían llegado a la fama con su recopilación de cuentos tradicionales y diversos estudios lingüísticos. No solo trabajaron juntos, sino que vivieron siempre en la misma casa (aunque Wilhelm estaba casado) y están enterrados juntos en el cementerio de San Matías de BerlÍn. Inseparables también fueron los hermanos Goncourt (parece que se lo juraron a su madre), escritores de estilo naturalista. Después de la muerte de Jules, Edmond siguió escribiendo y en su testamento creó, en memoria de su hermano, el Premio Goncourt que se otorgó por primera vez en 1903. La unión entre los hermanos sevillanos Serafín y Joaquín Álvarez Quintero duró toda la vida, estrenaron innumerables sainetes, libretos de zarzuela, piezas cómicas y dramas. Ambos fueron miembros de la RAE, eso sí, en distintos sillones.

La colaboración entre los hermanos Machado se produjo a partir del momento en que Antonio Machado se trasladó a Madrid en 1931 y escribe con su hermano Manuel varias obras dramáticas. Manuel Machado era el primer firmante en libros y carteles por lo que debía de ser el principal responsable de la estructura dramática de las obras, pero en lo demás es muy difícil diferenciar el trabajo de ambos escritores, muy unidos hasta que la guerra civil los separó definitivamente: Antonio quedó en el bando republicano y Manuel, en el nacional. En realidad, los hermanos Machados fueron tres, porque otro hermano, Francisco, también hizo sus pinitos literarios y fue un destacado (y reformador)  miembro del cuerpo de funcionarios de prisiones. 

Los hermanos y artistas románticos Valeriano y Gustavo Adolfo Bécquer, además de su obra por separado, conjuntamente escribieron e ilustraron gran cantidad de artículos en revistas y otras publicaciones de la época. Así, se les atribuye incluso un libro satírico, inédito hasta 1990, denominado «Los Borbones en pelota».


3.- Sagas literarias
La saga literaria española más famosa es la de los Panero, que conocemos la mayoría gracias a las  películas El desencanto (Jaime Chávarri, 1976) Después de tantos años (Ricardo Franco, 1994). El desencanto causó gran escándalo porque su tema fundamental era el arte de matar al padre y sacar la basura acumulada durante tantos años, justamente lo que estaba haciendo la sociedad del momento con la figura de Franco. Panero, poeta del régimen franquista y hermano asimismo de otro poeta, Juan, se casó con la también escritora Felicidad Blanc con quien tuvo tres hijos que acabaron siendo escritores: Juan Luis, Michi y Leopoldo María.

4. Hermanos que cambiaron de apellido y no lo parecen.

Magda Donato y Margarita Nelken, muy conocidas en la España de los años 20 y 30 por su feminismo. Margarita Nelken era la que tenía una carrera literaria más importante; fue la primera traductora de Kafka al español y escribió ensayo (era una mujer de fuerte conciencia política) y varias novelas. Su hermana, Carmen Eva, actriz y autora de obras de teatro para niños, firmaba con el seudónimo de Magda Donato, ya que desde niña se sintió eclipsada por su hermana mayor y no quería que las confundieran. Las dos murieron exiliadas en México. 
También eran hermanas Luisa-María Linares y Concha Linares-Becerra, hijas del dramaturgo Luis Linares Becerra. En la posguerra publicaron por separado populares novelas rosas, alguna de ellas adaptada al cine. 
 Margaret Drabble y A.S. Byatt (Antonia Susan Drabble), hijas de un conocido novelista. Ambas son dos de las escritoras más populares de finales del siglo XX en Reino Unido y estuvieron enfrentadas durante años. Parece ser que una hermana acusó a la otra de apropiarse de un juego de té familiar como motivo literario, cuando sabía que la otra lo quería utilizar.

Javier Reverte y Jorge Martínez Reverte son hermanos, periodistas y escritores, hijos del también periodista Jesús Martínez Tessier.

5.- Hermanos que siguieron caminos diferentes.

La mayoría de los escritores siguieron caminos distintos a los de sus hermanos. En el siglo XIX, Anne, Emily y Charlotte Brontë son las hermanas literarias por excelencia. También tenían un hermano, Branwell, que además de escritor era pintor. Pero Branwell ha sido olvidado ante el genio de sus hermanas. Y También está la familia James, aunque hoy solo es recordado Henry James, su padre y dos de sus hermanos también eran escritores notables, así como la hermana pequeña, Alice James, que escribió unos diarios para escándalo de los hermanos.

 En el siglo XX, las seis hermanas Mitford no solo fueron escritoras, sino que además se convirtieron en personajes literarios con vidas plagadas de escándalos que acabaron impresas, empezando por la que se casó con un rico industrial y abandonó a su marido, hasta la revolucionaria comunista y la hermana nazi y suicida, Unity Mitford.
 
A los hermanos Durrell, aunque de estilos, temáticas e intereses muy diferentes, les unía el talento extraordinario. Gerald Durrell en su divertidísima autobiografía Mi familia y otros animales describe a su hermano mayor Lawrence (Larry) con la precisión de un científico, ofreciendo un retrato tan humorístico como lleno de admiración. Encerrado siempre en su cuarto, perdido en un mar de folios, empecinado en sembrar los cimientos de la que será su obra futura, convencido de llegar a formar parte del Olimpo de los grandes.

Los hermanos Camba que incluso tienen un museo en Villanueva de Arosa, su ciudad natal, Francisco fue novelista y Julio destacó como periodista.

Jorge y Carlos Semprún, nietos del político conservador Antonio Maura fueron comunistas y escritores.  Jorge Semprún era frío e íntegro. Carlos era lo contrario: expansivo y transparente. Durante décadas se adoraron, pero al final de sus vidas razones personales y políticas hicieron que se separaran, tal vez tuvo que ver que Jorge empezara a ganar premios como literato e incluso una candidatura al Oscar como mejor guionista.

El detonante de la poética de la familia Goytisolo (José Agustín, Juan y Luis) es la muerte de la madre, Julia Gay, en 1938 durante uno de los bombardeos franquistas a Barcelona. Ello explica el exilio voluntario de Juan en París y Marraquech y el enfoque de la realidad española que realiza en Señas de identidad Reivindicación del conde don Julián. Los tres se caracterizan por haber llevado una vida de excesos y desventuras, de desarraigos, de amores imposibles y de aburguesamiento vergonzoso.

Otra gran familia literaria de nuestras letras lleva el apellido Casariego. Pedro, Martín y Nicolás fueron tres de los hijos del pintor asturiano Pedro Casariego Hernández-Vaquero. El 8 de enero de 1993, el poeta Pedro Casariego (Madrid, 1955) se arrojaba a un tren en la estación de Aravaca. Su hermano Martín Casariego en  La primavera corta, el largo invierno (Espasa, 1999) rinde un homenaje humano y literario a la figura de su hermano Pedro.

En Argentina las hermanas Ocampo ejercieron una importante influencia en el desarrollo de los movimientos culturales en su país. Victoria desde su puesto de directora de la revista Sur, fundada por ella misma en 1931; fue la primera mujer miembro de la Academia Argentina de la Lengua. Su hermana Silvina Ocampo, esposa del escritor Adolfo Bioy Casares, formó parte de la llamada generación de 1940; su producción incluye poesía, ensayo, teatro y relatos, pero son estos últimos los que le han valido un mayor reconocimiento de la crítica y el público.

Los hermanos Posadas: Carmen acaba de publicar La hija de la Duquesa de Alba y Gervasio, El mentalista de Hitler. 

Ángela Labordeta ha escrito mucho del núcleo familiar en libros como ‘Bombones de licor’ y ‘Tacones y muñecas’, donde explora dos mundos familiares muy complementarios: la historia de su padre José Antonio Labordeta y sus hermanos, entre ellos el poeta Miguel Labordeta, pero también aparecen Manuel Labordeta, creador de cine y profesor, o el tío Luis, enfermo, en la primera, y el mundo de una familia en los años 80, en la segunda. Pero es el cuento ‘El novio de mi madre’, que da título a un conjunto de doce piezas, donde aborda este asunto de manera más explícita.

Y, por último, cito a mis compañeros Eduardo y José Antonio Lago de los que hablaré más adelante.

Para saber más: