miércoles, 30 de agosto de 2017

Amores otoñales

He leído sin mucho interés, porque repite la fórmula de las novelas anteriores, la última entrega del forense irlandés ideado por Benjamin Black (seudónimo del gran escritor John Banville), Las sombras de Quirke, donde el protagonista se enamora, por fin, de una mujer de su edad, una psiquiatra austríaca, jefa de su hija. Y me ha gustado como ha desarrollado el primer encuentro amoroso entre estas dos personas entradas en años tan poco habitual en la literatura. Al mismo tiempo ha aparecido un artículo, Amor veterano, en el periódico El Público que, a propósito del estreno de  'Una cita en el parque' (2017) de Joel Hopkin, hace referencia a otras películas que tienen protagonistas maduros. Y es que da gusto que aparezcan amores tardíos, cuando el sexo no es una urgencia, deseados, sosegados, realistas, hablados, pausados, sin grandes hazañas, y que suponen una alegría para el cuerpo y alimento para el alma. Además, volví a ver en televisión con una mirada nueva Los puentes de Madison. que me gustó mucho más que la primera vez hace veintidós años. ¡Cómo pasa el tiempo y cómo nos cambia la vida!

martes, 1 de agosto de 2017

Adivina el título de la obra literaria

¿Te atreves a adivinar el libro por su portada?:



Me parece una buena y divertida idea. Se podría realizar en clase como actividad de creación para el primer ciclo de la ESO.

Del 'nesting' al 'hikimori'


Leo en El País (entre siglas inglesas) que no salir de casa en todo el fin de semana rebaja la ansiedad e ilumina la mente, que el miedo a perderse cualquier ocasión social está siendo sustituido por la alegría de quedarse para disfrutar de las cosas sencillas que además son gratis.  Atrincherarse entre las cuatro paredes de tu morada ya no es de muermos, sino la última tendencia de moda: el ‘nesting’.
En realidad, el artículo, destinado a los jóvenes sin recursos, parece inspirado en la tienda de muebles sueca: la república independiente está en tu hogar, hogar dulce hogar, nada como la familia en un ambiente agradable, etc. Y contrasta con el resto de los reportajes que nos invitan a viajar para escaparnos fuera o dentro de la ciudad para consumir; pero comparto la idea. Como vivo en el centro de Madrid, odio los fines de semana, cuando nos invade el ruido de las hordas de jóvenes, ávidos de vida, y no se puede andar por la calle, ni encontrar un sitio libre en un bar o restaurante. Esos días mi casa es un remanso de paz, una madriguera que me defiende de las agresiones del exterior. Miedo me da que tanto 'nesting' acabe en 'hikimori' (jóvenes japoneses que no quieren salir de su habitación) en versión anciana, perdida para siempre en mi casa sin saber qué hacer.

lunes, 31 de julio de 2017

Calendario literario (julio y agosto 2017) de Juan Bautista

Ya tenemos el calendario del mes de julio.   
Julio 2017 by on Scribd

Y de agosto:
Como ya sabéis, hay que pinchar en el enlace y, después, debajo de cada escritor para acceder a la información escrita y audiovisual:

domingo, 30 de julio de 2017

Prólogos y prologuistas

La mayor parte de nuestros alumnos se salta los prólogos y van directamente al contenido perdiéndose así la explicación racional o emocional de la obra. Por eso conviene darles importancia en las clases de Literatura para que les sirvan de provecho e incluso utilizarlos como modelo de creación para elaborar un trabajo.
El prólogo (del griego πρόλογος prólogos, de pro: ‘antes y hacia’ (en favor de), y lógos: ‘palabra, discurso’) es una de las partes preliminares de la estructura de un libro, aunque su escritura siempre es posterior. No es necesario y no debe ser extenso. Es la explicación racional de la obra, una introducción que permite ubicar al lector en lo que va a encontrar a continuación, donde se justifica su composición, se explica la estructura y los criterios que se tomaron en cuenta para el desarrollo del escrito. La mayoría de los libros tienen un solo prólogo, aunque en cada reimpresión o reedición se le puede agregar uno nuevo.  Puede estar escrito por el propio autor o por un experto, un estudioso, un conocedor o un entusiasta del tema y sus funciones pueden ser variadas:
•             Realizar una crítica literaria sobre el autor.
•             Presentar al público la obra de un autor desconocido.
•             Orientar al lector acerca de las modificaciones que ha sufrido una obra, como ampliaciones, supresiones, actualizaciones, el marco teórico utilizado.
•             Como agradecimiento para recordar a todos aquellos que participaron e hicieron posible la obra y explicar el mérito que ostenta.
El prólogo desde la Edad Media era una modalidad literaria establecida llena de códigos y tópicos repetidos que persiguen captar la benevolencia del lector (captatio benevolentiae) mediante la humilitas, el recurso a la novedad, el aval de autores de renombre. Solo hasta hace muy poco ha empezado a ser estudiado como género literario, casi como un texto de ficción que puede permitirse un lenguaje distendido. Ricardo Cuéllar Valencia, en su artículo “El prólogo como género literario y consideraciones en torno a los prólogos de Miguel de Cervantes”, diferencia cuatro tipos: presentativos, preceptivos, doctrinales y afectivos.
Se ha escrito mucho sobre el prólogo y, como en todo, los hay buenos y malos; unos nos servirán para decidirnos a leer el libro y otros no deberían haberse escrito nunca. En cualquier caso, los prólogos son los preliminares necesarios para entrar en faena, el envoltorio que le da más prestancia al libro, aunque a algunos nos guste leerlos al final o saltárnoslos para que no nos condicionen su lectura, porque, sobre todo en las colecciones de los autores clásicos para estudiantes, son tan exhaustivos que nos cuentan hasta el argumento.

Cervantes:  crítica a los prólogos  
El autor de El Quijote se dirige a un “Desocupado lector”, el nuevo epíteto escoge un lector libre de prejuicios preceptistas y de los cánones dominantes.
Cervantes, que al parecer no consiguió que ningún escritor de prestigio le favoreciera con poesías en elogio del Quijote, con gran alborozo de Lope de Vega, satiriza cómicamente tal costumbre, insertando a continuación una serie de poesías burlescas firmadas por fabulosos personajes de los mismos libros de caballerías que se propone desacreditar. Con ellas, el lector de principios del XVII advertía inmediatamente que tenía entre manos una obra de declarada intención satírica y paródica.

Novelistas del siglo XIX: La cuestión palpitante
Los novelistas del siglo XIX fueron muy amigos de los prólogos nacidos al calor de los debates y las polémicas. Emilia Pardo Bazán llegó a escribir entre prólogos propios ajenos más de 100 en los que expone sus opiniones sobre aspectos de la vida  literaria, social y cultural de la época.

El no prólogo de Baroja a La colmena de Cela
Julio Caro, el sobrino de Pío Baroja, cuenta que Cela le pidió a su tío que prologase La colmena en 1941,  pero este le dijo que no al prólogo porque "no quería terminar en la cárcel a su edad". Cela lo aceptó de buen grado y hasta terminaron bebiendo un oporto.

Borges: Prólogo de prólogos
El libro Prólogo de prólogos con un prólogo reúne aquellos que Borges escribió durante más de 50 años sobre una diversa selección de autores y obras: de la poesía gauchesca de Ascasubi a la novela norteamericana, de Carlyle a Cervantes y Kafka, de Martín Fierro a Macbeth.

El prologuista nato: Vázquez Montalbán
La actividad de prologuista de Vázquez Montalbán es legendaria. De hecho Juan Marsé se propuso una vez escribir un cuento en el que un señor entra en una librería y pide un libro no prologado por Vázquez Montalbán. A esta declaración de guerra Vázquez Montalbán contestó que escribiría otro cuento en el que un señor entra en una librería y pide un libro prologado por Juan Marsé, que es un no-prologuista nato. Aquí se recogen algunos de estos prólogos, en el orden alfabético de los autores de los libros.

Tres prólogos de Vargas Llosa (La ciudad y los perros, La casa verde y Conversación en la catedral).


domingo, 23 de julio de 2017

Joaquín Alastrué, Inventando la pólvora, fabricando la pólvora

Amazón, que es como los reyes magos ejerciendo cualquier día del año, me trajo como regalo el libro de Joaquin Alastrué Funes, Inventando la pólvora, fabricando la pólvora, El Fargue y la fábrica de Granada (Diputación de Granada, Biblioteca de temas locales, 2016). La aparición de la pólvora supuso un gran hito en la historia, propició las armas de fuego y cambió por completo el criterio de ataque y de defensa de combate en las guerras. El libro trata del origen y desarrollo de la pólvora en España, haciendo especial hincapié en la fábrica de pólvoras de Granada, situada en El Fargue, que hunde sus raíces en la época nazarí. Además, es una expresión de cariño hacia los vecinos y trabajadores de la fábrica donde vivió y trabajo el autor.
Un gran trabajo el de este químico para el público general, ameno y “deleytoso”, bien editado y muy bien documentado, con fotos, mapas, artículos periodísticos, glosarios… Su padre y el mío, ingenieros del cuerpo de Armamento y Construcción, estuvieron juntos en la que puede ser considerada la edad de plata de la fábrica (finales de los 70 principios de los 80), cuando daba beneficios y se cuidaron los aspectos sociales.

Mi enhorabuena a Joaquín por su esfuerzo y por incluir un anexo con la galería de retratos de los directores de la fábrica con la foto del cuadro desaparecido de mi padre de la biblioteca-museo de El Fargue. De la desaparición no sabemos los motivos, parece ser que se perdió en un traslado porque alguien se quedó con él o lo destruyó. Seguramente su investigación serviría para una novela negra.
La pólvora, alquimia y ciencia, tradición y progreso, refleja dos componentes inherentes al ser humano: la guerra y la fiesta, la muerte y la vida. Lo que destruye puede ser el alimento de las familias y un instrumento para la paz. Mi padre, Trinidad Cuéllar Caturla, nunca imaginó, cuando era un joven vestido de estudiante que disparaba con un arcabuz en las fiestas de Moros y Cristianos de Villena, que su vida estaría unida a la fabricación de los explosivos. Prácticamente recorrió todas las fábricas del momento: Murcia, Trubia (Oviedo), La Marañosa (Madrid) y El Fargue (Granada). No inventó la pólvora, ni mojó la pólvora (se quedó sin munición), ni disparó con pólvora del rey (corrió riesgos con patrimonio ajeno), ni tiró con pólvora ajena (malgastó), ni gastó la pólvora en salvas (utilizó medios inútiles), solo trabajó incansablemente de manera honrada y honesta.
Pólvora y tiempo vuelan como el viento.

miércoles, 12 de julio de 2017

Ángel Guinda, poeta con glorieta


Han pasado ya nueve años desde que se grabaron estos vídeos en mi casa cuando Ángel Guinda estuvo con un grupo de exalumnos del IES Luis Buñuel de Alcorcón. Los he recogido aquí para que no caigan en el olvido.
El poeta amigo, profesor, joven entre los jóvenes, ángel fieramente humano, estuvo en su salsa contando anécdotas de su amor por la vida y, sobre todo, derrochando humor y transgresión. Todavía no era profeta en su tierra, no le habían dado el premio de las letras de Aragón (2010), ni tenía una glorieta en el zaragozano barrio del Actur (2017), ni se parecía tanto a Pablo Neruda como ahora. Detrás y delante de la cámara está David Francisco, ahora la mitad de Reyes David de Ediciones Pregunta
Todos los que tuvimos el privilegio de estar con él en el Buñuel deberíamos recoger firmas para que le pusieran su nombre al instituto porque siempre estuvimos hartos de que nos confundieran con el de IES Luis Buñuel de Móstoles. Total entre aragoneses anda el juego.


















También actuó como protagonista en el corto Me quedé aquí.