La invención del juerguímetro se debe a dos grandes villenenses y cuñados entre sí: Ernesto Rodes Martí y Trinidad Cuéllar Caturla. Ambos compartieron amistad y numerosos viajes en verano en bicicleta a la finca de Los Menores para visitar a sus entonces novias. Una vez casados, descubrieron que sus mujeres presentaban altibajos exasperantes en su estado de ánimo, a veces difíciles de detectar. La única manera de luchar contra ellos era el sentido del humor, que los cuñados poseían a raudales. Así que cuando había que hacer planes, siempre se hacia la misma pregunta: ¿Cómo va el juerguímetro? Cuando les respondían "a cero", ya sabían que ese día no era el propicio.
lunes, 17 de marzo de 2014
El juerguímetro
La invención del juerguímetro se debe a dos grandes villenenses y cuñados entre sí: Ernesto Rodes Martí y Trinidad Cuéllar Caturla. Ambos compartieron amistad y numerosos viajes en verano en bicicleta a la finca de Los Menores para visitar a sus entonces novias. Una vez casados, descubrieron que sus mujeres presentaban altibajos exasperantes en su estado de ánimo, a veces difíciles de detectar. La única manera de luchar contra ellos era el sentido del humor, que los cuñados poseían a raudales. Así que cuando había que hacer planes, siempre se hacia la misma pregunta: ¿Cómo va el juerguímetro? Cuando les respondían "a cero", ya sabían que ese día no era el propicio.
domingo, 9 de marzo de 2014
Ayer murió mamá
martes, 27 de agosto de 2013
Juicio de conciencia, novela inédita de Trinidad Cuéllar Caturla
domingo, 16 de junio de 2013
Cuesta arriba
domingo, 22 de enero de 2012
Sorpresas te da el blog
El blog me da muchas sorpresas. Ya he escrito alguna vez que todavía me sorprende que me lean o pinchen mis entradas ( lo sé por el contador de visitas); pero lo que más me sorprende es que gente a la que no conozco de nada se moleste en escribir un comentario, porque yo no lo hago, aunque la entrada me haya parecido estupenda.
Algunas de las respuestas han tenido un tono beligerante e insultante como correspondía a los meses anteriores a las elecciones que ha ganado por mayoría el PP. Menos mal que ahora están callados y tan a gusto. En la que a continuación copio manteniendo la ortografía, me llaman "perroflauta" y me confunden con un joven del 15M:
“Hmmmm, pues para querer cambiar el pais y el mundo creo yo que los indignados tienen unos métodos muy discutibles... http://www.youtube.com/watch?v=yyDZLA1o87g
Si tú opinas que son pijos, pues es tu opinión. Ser pijo no hace daño a nadie, ni ser ñoño (habría que ver tu concepto de valentía). Yo digo (no opino) que los que allí se confundieron de circo emplearon la violencia y el insulto, y eso es menos honroso que la reunión de los jóvenes. Si, claro que tienen muchos apoyos, no sólo en España, sino en el mundo. ¿No te da que pensar que por algo será? Mira, reprimido, podría rebatirte una por una tus elucrubraciones, tan empíricas y constructivas como caracterizan a los perroflautas, pero se me antoja que es más fácil hacer hablar a una piedra que llevar el raciocinio a tu cabeza. Ánimo, muchacho, sigue formando parte de esa sociedad de la que se avergüenza la humanidad. Por cierto, yo no soy cura ni monja, se hablar por mi mismo”.
Otras me han reprochado falta de rigor y, como tienen razón, se la he dado. Y muy pocas han entendido el tono irónico a modo de desahogo que una persona tímida como yo utiliza no se sabe muy bien por qué. Me resulta difícil relacionarme con las personas y en cambio me expongo públicamente. Muñoz Molina lo explica mejor que yo: "el valor de los cobardes, la resistencia de los débiles, la osadía de los pusilánimes".
Una sorpresa agradable ha sido la de conocer a un primo segundo, Vicente Soler Caturla, que anda elaborando un árbol genealógico de la familia Caturla y se encontró por casualidad una entrada mía en la que hablaba de la fábrica de punchas de mi bisabuelo en Villena. Mi padre y su madre, Ángeles Caturla, se querían mucho y se encontraban por Madrid, pero yo a él no llegué a conocerlo. Apareció en casa con una foto de la balsa de la fábrica (1953) y por misterios de la genética fue como reencontrarme con mi abuela y con mi padre, eso sí, más alto, porque se parecen mucho. Ahora andamos los dos buscando fotos de la familia; él está jubilado y parece incansable en esta aventura de dejar testimonio de unas personas singulares en una época de desarrollo industrial.
Y la última de todas me la ha brindado Beatriz García, sobrina nieta de Virtudes Ferriz Caturla, y que ha respondido a mi llamada para completar los nombres de las personas que aparecen en la foto de la boda de Retratos de familia. Entusiasmada comenta: “Yo solo he estado una vez en Villena, pero mi madre y mi tía vivieron allí de pequeñas y les ha encantado ver la foto y leer un poco. Cuando hable con mi abuela quizá pueda darte más información. Un buen trabajo. Es increíble. La de historias emocionantes que puede haber con las personas con las que compartes ADN".
domingo, 13 de junio de 2010
Museo del Botijo en Villena (Alicante)
Mi tío Pablo Castelo explica así el origen de su colección: «Mi suegra, Dolores Caturla, tenía un botijo de corcho y metal que llegó a mis manos como regalo. Lo coloqué en un lugar preferente, pero cuando lo miraba me daba pena verlo tan solo. Así que me decidí a tener algunos más». Desde entonces los fondos se han incrementado hasta alcanzar más de 1200 ejemplares de todas las partes del mundo que constituyen un museo abierto al público.
Como he estado recogiendo información sobre mi familia en internet, una referencia a mis padres ha aparecido en uno de los botijos más singulares de la colección comprado en Granada “De la Rambla de Córdoba. Comprado en Granada, en la Alcaicería por María del Carmen Bullejos, amiga de Rosaura y lo trajeron a Villena Carmen y Trino Cuéllar”.
Coincidencias de la vida. Hoy, que he escrito esta entrada en el blog, he recibido la noticia de su muerte. Otra buena persona que desaparece.
Castelo escribió un libro de memorias sobre su experiencia en la División Azul (Aguas frías del Wolchow). Se alistó mientras prestaba servicio en el Ejército, concretamente en la 3ª Cia. del batallón de Transmisiones del Primer C.E., establecido en el Pardo (Madrid). Resulta entrañable leer sus jóvenes sentimientos: "Todavía estábamos en Polonia cuando llegó el día cinco se septiembre, era sábado y me acordé mucho de las fiestas de Moros y Cristianos, de la Entrada, de toda la familia, de la Virgen de las Virtudes y de mi novia Lola. Aquel día estuve muy triste, o, mejor dicho, parte de él, porque al llegar la tarde cogí una botella de ron, solo, retirado de la tienda de campaña, hice la entrada, y poco a poco el contenido de la botella fue desapareciendo hasta que por fin me tuve que acostar para dormir la mona." (pág. 58)
La Meca del botijo, artículo publicado en ABC (2017) sobre el museo.
viernes, 11 de junio de 2010
Retratos de familia
Texto publicado por primera vez en el Pápeiron, revista del IES Luis Buñuel, en diciembre del 2005
Se educó con los principios republicanos. A los dieciocho años tuvo que ir a la guerra. Estudió Matemáticas en la Universidad de Barcelona, en el título pone Ciencias Exactas (¡lo que cambia la ciencia!) y para poder sobrevivir en la posguerra volvió a vestirse el uniforme. Fue amenazado en plena transición por ser un coronel demasiado tibio, partidario de la UMD (Unión Democrática Militar) y por votar a Suárez. Su trabajo, era ingeniero de Armamento y Construcción, le hacía estar pendiente de él las 24 horas al día. Como en la película El salario del miedo, transportó nitroglicerina desde Murcia hasta Valencia, como quien lleva naranjas. Era pequeño, “amañosico” como decimos en Villena (fuimos colonizados por aragoneses), inteligente, honrado y bondadoso. Escribió una novela que envió al premio Nadal sin ningún éxito. Y se metió siempre en aventuras editoriales, escribiendo en revistas que no leían ni los propios redactores. Siempre estuvo con los que sufrían y nunca alabó al poder zafio, irresponsable y jerarquizado. Tenía un amigo anarquista de la juventud y se iban los dos en las tardes de verano a pasear por el castillo de Villena, a donde sólo acudían los enamorados furtivos y los ladrones, a hablar tranquilamente de sus cosas, de sus ilusiones perdidas. Sufrió un exilio interior extraño, no comulgaba con los principios de la época, pero no tuvo valor par dar carpetazo a esas páginas de su vida y abrir otras nuevas. Su verdadera vocación fue la de profesor. Al final de su vida no fue feliz y, si lo parecía, era para contentar a su familia. Se quedó esperando el ascenso a general.
Aunque no he heredado ni su pelo liso ni su valentía, digo las mismas cosas que él decía, tengo frases para todo:
-“El matrimonio es una plaza sitiada, los que están fuera quieren entrar y los que están dentro quieren salir”.
-“La vida es, en la mayoría de los casos, un esfuerzo inútil”.
-“La gente se divide en cuatro clases: tontos-tontos; tontos-listos; listos-listos y listos-tontos. Los peores son los tontos que se creen listos y son los que suelen tener los puestos más importantes”.
-“Lo difícil es querer por los defectos, no por las virtudes”.
-“El primer día que conoces a una persona te fascina, pero luego te darás cuenta de que repite siempre lo mismo”.
-“No te preocupes excesivamente por las cosas, piensa que dentro de diez años ya no te acordarás de lo que sufriste”.
-“Lo mejor de los viajes es el reencuentro”.
“La mujer es como un buen puro habano, hay que saberlo saborear. Desconfía del hombre que no sabe encenderlo”.
-“Cuidado con los regalos envenenados o con las jaulas de oro”.
-"Dejas de ser joven cuando el padre de tu amigo te llama de usted".
-"La fantasía es un puente entre la verdad y la mentira".
Era un hipnotizador de las palabras. Su sentido del humor lo llenaba todo. Contaba los chistes y los trabalenguas como nadie. Siempre estabas ahí, tendiéndome tu mano inmensa.
Te fuiste sin que te pudiera decir todo lo que te quería. Me duelen los besos que no te he dado. Lo que daría para que me llevases otra vez sobre tus hombros, a “cosqueretas”, y me comprases caramelos de la viuda de Solano, como cuando era niña. Gran coronel, pequeño gran hombre, pequeño filósofo, papaíto, te quiero.
En el año 2013, finalizó su tesis doctoral Francisco González Arroyo (La Fábrica de Polvoras y explosivos de Granada; págs 496-501) donde realiza una semblanza de mi padre que le agradezco: "Durante los largos siete años que estuvo dirigiendo los destinos de nuestra fábrica, dejo bien patente su enorme bonhomía y su acendrado sentido de la justicia social".
Aquí estoy en brazos de mi padre en la colonia militar Arroyo Meaques por el año 1956 (Campamento, Madrid).
Mi hermana Mª Carmen una de las pocas veces que se estuvo quieta y se dejó retratar.
Mi padre, Trinidad Cuéllar Caturla, coronel ingeniero de Armamento y Construcción, director de "El Fargue" de Granada. Fue socio fundador de la comparsa "Los Piratas" . Tradujo del inglés en 1966 Fundamentos de Matemáticas preuniveritarias y Fundamentos de Álgebra (1969) en ediciones del Castillo. Escribió una novela que mandó al premio Planteta Juicio de conciencia y fue director de la revista FA-MA de la fábrica de pólvoras de La Marañosa.
Mi tío y padrino, Antonio Cuéllar Caturla, que en 1940 fue alcalde y luego archivero de Villena (Alicante). Durante un tiempo también tuvo una fábrica de zapatos.
" En Villena, hasta que mi padre hizo su casa, siempre estábamos con los abuelos, y a mi me encantaba. Todas las vacaciones íbamos, la abuelita, aunque ya se veía poco, me enseñó a hacer punto de media y labores. Yo disfrutaba con ella. Y del abuelito, qué te puedo decir. Era el hombre mejor del mundo. Era muy expresivo. Demostraba su cariño continuamente, y fíjate si yo lo admiraba, que siempre pensaba que quería un hombre como él para mí. Obviamente me equivoqué o yo pedí demasiado.
El abuelito siempre decía que sus apellidos eran Cuéllar y de la Torre, y que había nacido en Campanario (Badajoz). El abuelo no tenía mucho trato con su familia. Parece ser que no eran del agrado de la abuelita, Ya de mayor, un día conocí a un hermano suyo. Eran muy parecidos, no sólo en el físico, sino, sobre todo en la forma de hablar. Y aquí en Valencia, vivía una sobrina de él. A menudo venían a visitar a mi madre, pero ya hace mucho tiempo que no sé nada de ellos.
Yo también recuerdo las visitas de aquella casa. Las hijas de una hermana de la abuelita que venían de Alicante. Yo me quedaba admirada oyéndolas y viéndolas vestidas tan modernas y tan guapas. Otro sobrino, Miguel Ferriz Caturla, quería un montón a la abuelita; era guapísimo, y yo los encontraba a todos simpatiquísimos.
Hay una virtud muy sobresaliente en ellos, mi madre la heredó y también nos la inculcó a nosotros, el no hablar mal de nadie. Si tuve una infancia feliz, a ellos le pertenece. Me gustaría que cuando yo ya no esté, los míos me recuerden con tanta intensidad como yo sentí su presencia y su ausencia."
En la cuna de Chapí no podía faltar un primo de mi padre músico, Alberto Pardo Caturla., compositor del pasodoble «Día 4 que fuera»
Hurgando por casa he encontrado dos fotos de estudio de las dos familias como debía ser costumbre por aquellos años. La primera es una post-card, fechada en Villena ( 8-IX-1919) dedicada a la Señorita Virtudes Caturla ("Tus hermanos y sobrinos que mucho te quieren te felicitan el día de tu santo"). Mi padre, vestido de niña y al que llamaban "Trinito", es el del centro. A la derecha, con sus mejores galas, está mi tía Leonor.
Anuncio de la Revista Azul 1940 |
En la segunda fila: Emilio Cuéllar de la Torre, Roberto Marco Auhir, José Rocher Tallada, Miguel Caturla y detrás de una señora con sombrero, que casi no se le ve, Francisco Ferriz Caturla.
Mi primo Vicente Soler Caturla me ha pasado una foto de 1915 de su abuelo Manuel Caturla García, el primogénito de Trinidad Caturla y una curiosa tarjeta (1930), con dibujos muy típicos de la época, de un representante de la empresa que se encargaba de recorrer toda la geografía española antes de cada temporada ofreciendo sus productos y recogiendo pedidos. Él ha elaborado el árbol genealógico de los Caturla que se remonta a Juan Caturla (1470) nacido en Cangas de Onís, sus descendientes llegaron a Alicante en 1590. También tiene todos los datos con fechas de nacimiento y defunción de los descendientes del patriarca.
03600 ELDA (Alicante)
El 11 de diciembre del 2021, la Covid y un linfoma se han llevado a mi primo Emilio Cuéllar Díaz. Con él se pierde el nombre de mi abuelo porque no se lo puso, como era tradición, ni a su hijo ni a sus nietos. Ha muerto prematuramente a los 75 años, a la misma edad que mi padre; precisamente, la última vez que lo vi fue en el cementerio, porque él se encargó del entierro de sus cenizas. Era el más guapo de los primos y el más parecido al abuelo: alto, rubio, con los ojos azules, parecía un galán de cine de finales de los sesenta. Y también era simpático, sensible y cariñoso. Tuvo cuatro hijos y numerosos nietos; en la foto que su mujer Pilar tenía en whatsapp aparecía rodeado de sus nietos, y se podía ver cómo la lotería genética ha repartido salteadas sus características físicas a su progenie, todos se le parecen pero solo un poco. Durante sesenta años vistió el blanco y negro de la comparsa de Estudiantes. Hoy el luto lo llevamos todos los que le conocíamos.
Emilio con Pilar, sus hijos y algunos de sus nietos |
Me he dado cuenta de que la entrada, que se ha ido haciendo a medida que iba teniendo noticias de la familia, está un poco confusa. Espero tener tiempo y poder reestructurarla para que quede todo más claro. Gracias a todos los que me habéis ayudado. Seguiré en ello.