miércoles, 25 de marzo de 2015

Arma de destrucción masiva: un tanque de libros gratis

Ángel, Gracias
Buena idea la del artista argentino Raúl Lemesoff. Ya tenemos un poster para bombardear a los alumnos (y padres, y profesores, y políticos) el 23 de abril y olvidarnos de los huesos de los escritores que ya no sirven  ni para hacer un caldo.


Incluyo también el enlace al texto de Rosa Regas, El valor de la lectura (2005)

martes, 24 de marzo de 2015

Una buena parte del desastre educativo ha sido dejar de hablar de los profesores

Un resumen de lo que ha ocurrido estos años está muy bien sintetizado en la entrevista del Diario.es a Luisa Juanatey, profesora durante 32 años, que reivindica la figura del docente ante las críticas en su libro Qué pasó con la enseñanza. Elogio del profesor y critica a expertos y pedagogos.

Durante muchos años he ido recopilando algunos artículos de escritores y periodistas sobre la situación de los profesores en las aulas. Ahora es el momento de pasarlos al ordenador y tirar los recortes a la papelera. Están puestos por orden cronológico y demuestran una vez más que un escritor tiene mucha más sensibilidad que un pedagogo y que un político a la hora de detectar los problemas que vienen sucediendo desde que la educación obligatoria se amplió a los 16 años. No vendría repasarlos para preparar entre todos una buena reforma de la enseñanza.

1984 PREGUNTAS DE UN MAESTRO A SÍ MISMO,  José Antonio Labordeta
A veces me pregunto
qué hago yo aquí,
explicando la historia
que recién aprendí:
los líos de romanos,
de moros y cristianos,
el follón del marxismo
y el del otro côté
donde los yanquis tienen
el mango y la sartén.
A veces me pregunto
qué hago yo aquí.
Viendo cómo la tarde
se duerme frente a mí,
mientras usted Martínez
se evade en el jardín
y la dulce Encarnita
García Cortejón
confunde etruscos
con negros del Gabón
entre miradas tiernas
de Pablo el empollón.
A veces me pregunto
qué hago yo aquí
intentando que aprendan
lo de la Ilustración,
cuando ellos solo entienden
cosas del rock and roll
y diciendo que comprendan
una revolución.
La rusa, la francesa,
la de Tutankhamon
y encontrando a Picasso
perdido en un balcón.
A veces me pregunto
qué hago yo aquí.

1998 Escuela, Vicente Verdú
Guillermo, te he dicho cien veces que en clase no se come chicle, y menos se hacen pompas". "Juan y Gonzalo, dejad ya de tirar bolitas a la papelera. Al baloncesto se juega en casa". "Isabel, al rincón; y tú, Javier, cambia el sitio con Maite". "Soledad, al pasillo". "Vosotros dos, para mañana, diez veces la página 30 de Naturales". "Eduardo, por favor, deja ya de tocar el pelo a tu compañera, por favor". Estas oraciones, entre otras, forman parte del cortejo de admoniciones que van repartiendo los profesores de EGB mientras dan las clases. No es raro que acaben enfermos. La ansiedad, la depresión, la frustración, son las dolencias más frecuentes. No sólo ' se trata de que su trabajo es arduo y les pagan mal. Encima no saben -como decía Torrente Ballester- para qué enseñan, a quién enseñan, cómo y qué deberían en su caso enseñar. La sociedad apenas les reconoce y los niños cada vez son más bordes.

1999, Echar elcierre, Elvira Lindo
"Me gustaría decirles a los padres que si ellos se cansan de sus hijos en verano, que piensen cómo se cansan los maestros al apacentar a treinta criaturas que cada vez vienen menos educadas de casa. Ahora que tantas cosas se están revisando en los métodos educativos, ahora que tanta pedagogía liberadora está haciendo aguas, aprovechemos el cierre que se acaba de echar en los colegios para reflexionar sobre algo que nos concierne casi más que cualquier otra cosa. Tanto debate cultural sobre si los niños leen o no leen, cuando lo importante es que los hagamos seres educados y sensibles, compasivos, respetuosos

El 80% de los profesores de centros públicos señala los trastornos psicológicos como su mayor problema

2000 Ovillos,pellas, Elvira Lindo
Francamente, no creo que ninguna persona sensata pueda pensar que no dejar salir a la grey adolescente a estirar las piernas a la calle durante el recreo arregla en modo alguno el desconcierto educativo que parecen compartir profesores, padres y, según encuestas internas de los centros, algunos alumnos.Los que en mis tiempos de instituto hacíamos pellas sabemos que cuando un alumno no quiere entrar en clase puede empezar a desmadrarse no en la media hora estricta del recreo (se trataría de un gamberro ejemplar), sino a partir de la primera hora, a fin de fumarse la mañana en toda su magnífica extensión.

2004 Mestizaje, Eduardo Mestizaje
"Ell inicio del curso escolar trae una estadística que viene al caso: 6 de cada 10 alumnos que se incorporan a este curso son extranjeros. Una cifra curiosa para quien la lee, pero una realidad cotidiana de aquí te espero para un colectivo que a menudo trabaja en condiciones precarias, con sueldos raquíticos, a veces en zonas donde la policía no se atreve a entrar y siempre ante la indiferencia de una sociedad que guarda su dinero, su estima y sus aplausos para otras faenas más vistosas.

2004 Quisiera pedirperdón, Emilio Garoz Bejarano
 Quisiera pedir perdón por haber malgastado mi vida estudiando una carrera, haciendo un doctorado y preparando una oposición, mientras los demás se labraban un porvenir.
 Quisiera pedir perdón por no haberme dado cuenta de que los institutos no son lugares donde se va a aprender, sino guarderías, y que mi función no consiste en enseñar, sino en cuidar a los hijos de todos aquellos que sí realizan un trabajo productivo y provechoso para la sociedad.
Quisiera pedir perdón por no saber hacer mi trabajo y no aprobar a alumnos que no saben nada, porque cuando llegan a casa después de un día agotador juegan a la Play Station y ven Crónicas marcianas con la aquiescencia de sus progenitores que comprenden, no como yo, lo dura que es la vida del estudiante.
Quisiera pedir perdón por no saber aguantar el desprecio, la humillación y el insulto diario; incluso la agresión. Quisiera pedir perdón por querer dignificar mis condiciones laborales, las condiciones de estudio de mis alumnos y la enseñanza en general.
Quisiera pedir perdón por no haber sabido aceptar humildemente mi situación de desprestigio social; por no haber sabido aceptar que soy un paria, un ciudadano de segunda, un desecho social, y me lo tengo merecido porque soy un vago que no quiere trabajar y que sólo piensa en las vacaciones.
Quisiera pedir perdón, en suma, por ser profesor.
De todo corazón.


2005 De Franco a laLOGSE, Elvira Lindo

2005 La ley delsilencio, Benjamin Prado 
"Sólo en Madrid, tal y como acaba de hacer público el defensor del Menor de la Comunidad, más de 12.000 alumnos de enseñanza secundaria sufren el calvario del acoso escolar y el 14% de ellos lo sufre en silencio. Otros 53.000 han sido agredidos y también han callado. Los que les hacen la vida imposible les hablan de honor mientras les golpean y, de esa forma, los convierten a la vez en víctimas y en cómplices. Si te quejas, eres un chivato, un delator, un cobarde, una escoria. Qué infierno."

2005 Y alumnosenvalentonados, Javier Marías 
"Boicoteadores de las clases los ha habido siempre en los colegios, pero las Leyes de Educación no se ponían de su parte ni les daban la razón, como sucede desde la LOGSE en adelante, en el mayor desatino imaginable".

2006 Años de tiza, Moncho Alpuente
"No recuerdo que ninguno de mis compañeros de aulas y fatigas pidiera alguna vez la baja por depresión. Hoy son los maestros, los enseñantes, los que sufren malos tratos y vejaciones de los alumnos; han cambiado las tornas, pero la soñada revancha del alumnado no se ejerce contra aquellos energúmenos de mano larga y seso reseco, sino sobre pacientes y a menudo ejemplares educadores que devolvieron bien por mal, que trataron y tratan de educar a sus pupilos como seres humanos y racionales, con raciocinio y comprensión".

2008 Reconquistarlas aulas, Fernando Savater
Las aulas no pueden entregarse a la desidia, al matonismo y a una indisciplina que no es creadora más que de fracaso escolar. Luchar por reconquistarlas -para empezar, reforzando la indispensable autoridad del maestro- es el principio de cualquier regeneración democrática verdadera.

2008 La miseria dela escuela, Vicente Verdú

2008 ESO, ESO, Elvira Lindo

2009 Instrucción pública, Antonio Muñoz Molina

2010 Me mandaron esta carta como verídica, aquí la dejo:


2011 Profesores , Juan José Millas



2012 Amor y odio en las aulas, Manuel Rivas



2013 Nuevo curso, Elvira lindo 
"Si un profesor era ya, desde hace años, alguien que tenía que ejercer labores de asistencia social, lidiar con problemas disciplinarios, o que echaba en falta profesores de apoyo que facilitaran la integración de niños inmigrantes o con otro tipo de problemas, ahora padece lo mismo pero multiplicado por más alumnos y menos docentes. Los profesores se han hecho visibles por los recortes económicos, y bien está que así sea, pero llevan muchos años clamando al cielo. Pienso en ellos, ahora que empieza el curso."

"Estamos ante un sistema perverso que ahoga el potencial de igualación social de la enseñanza pública, su misma razón de ser. Se reducen las plazas de interinos, no se aumentan las de fijos, sube la ratio de alumnos por aula y los profesores se ven obligados a aumentar sus horas lectivas, convirtiendo la jornada laboral en una carrera atolondrada de una clase a otra, y a menudo, de un universo a otro, dado que hace tiempo que los niños más tiernos comparten el instituto con alumnos de bachillerato. A los profesores no les llega la camisa al cuerpo y sufren ese desgaste sabiendo que ya no hay bajas que valgan, que las jubilaciones se retrasarán y que una vez que se apague el ruido de las manifestaciones públicas ellos solos habrán de enfrentarse a la precariedad diaria. Así ha sido siempre."


2015 El costoso legado de Lucía Figar,,Beatriz Galiana Blanco  y Santos Chiches, candidatos a las primarias de Podemos para  la Comunidad de Madrid


"Madrid ha estado en manos del PP desde que esta región asumió las competencias en educación. Y tras analizar brevemente sus principales apuestas educativas podemos concluir que, al igual que ha ocurrido con otros servicios sociales, han generado un modelo en el que la educación no se concibe como un derecho que se debe garantizar a todos los ciudadanos y ciudadanas. Sin olvidarse de la satisfacción de los intereses ideológicos, económicos y de poder de la Iglesia española, se ha potenciado su carácter de negocio y se ha dado, gravemente, marcha atrás en los pasos hacia la cohesión social , la igualdad de oportunidades y las posibilidades de movilidad social que se habían puesto en marcha durante el periodo democrático." 

Pantallas, Manuel Vicent

Artículo aparecido en El País en 2008. Nota frívola:  Manuel Vicent y Pablo Abraira (cantante) son igualitos.


No recuerdo haber visto nunca en una película norteamericana el interior de una casa donde apareciera una biblioteca familiar. Tampoco a ningún héroe del cine clásico, Gary Cooper, John Wayne, Henry Fonda, leyendo un libro en la mecedora del porche después de realizar cualquier hazaña. Por los descampados del lejano oeste puede que a veces cruzara un tipo con un levitón polvoriento vendiendo biblias. Queda la estampa cinematográfica de algún reverendo abriendo el libro de los salmos al borde de una fosa descarnada en el momento de mandar a los verdes valles del Edén a cualquier fiambre, pero luego, nada. Los deudos devoraban la tarta de frambuesa que había preparado Maureen O'Hara para después del funeral. Nadie será capaz de imaginar una secuencia con Robert de Niro, Jack Nicholson o Brad Pitt enfrascados en la lectura de una novela. Ni siquiera Woody Allen se ha permitido el lujo de decorar el despacho de su psicoanalista con una estantería cargada de volúmenes manoseados. Los libros en el cine no existen. Esos best sellers con títulos dorados en relieve, que las amas de casa meten en la cesta de la compra junto a las zanahorias, nunca se quedan en casa después de ser leídos. Cuando las cámaras llegan, el trapero ya se los ha llevado. Se ha dicho hasta la saciedad que las pantallas han derrotado a los libros. Media humanidad se pasa el día sentada devorando imágenes. En el avión, en el tren, en el bar, en el hospital donde te acaban de rajar, en el sofá en el que caes rendido al final del día siempre hallarás enfrente una pantalla vertiendo en tu cerebro infinidad de monigotes. Las fotos de los periódicos cada día más grandes, los cuerpos gloriosos de belleza visual que pueblan las revistas satinadas, también se han puesto de parte de las pantallas en la guerra contra la letra impresa. Pero de los libros se salvan siempre las imágenes. Se trata de saber qué tiene más fuerza todavía, si la imagen literaria que conservamos en la memoria después de la lectura o la visión de toda esa fantasmagoría de luces y sombras. Qué deja un oro más profundo en el alma, la goleta Hispaniola navegando rumbo a la Isla del Tesoro a través de las páginas del libro o Gary Cooper soplando la boca del revólver en la pantalla.

La realidad y la ficción en el equipaje de la profesora

"¿Por qué no hemos hablado de esto que tanto te preocupa? No solo tenemos que hablar de frivolidades para pasar el rato y reírnos, que también es bueno. Somos amigas, al menos así lo siento, no dos personas que se ven un rato y hacen cuatro comentarios tontos mientras se toman unas cañas."
Tengo una amiga que se asusta cuando me lee en el blog porque cree que, sobre todo al utilizar la primera persona, son mi diario íntimo. Sabe que en la vida cotidiana siempre digo la verdad y no acaba de entender que mienta y fabule en estas humildes entradas. Como me cree al borde de la depresión, enseguida me escribe diciendo que puedo contar con ella para lo que sea y que ánimo.
 Tengo pocas certidumbres, una de ellas es que la literatura siempre es ficción, aunque tenga elementos personales y la otra es que la lengua es una mezcla de lógica y arbitrariedad. Por lo tanto, exagero, miento, cambio los datos cuando lo creo oportuno en el apartado equipaje de la profesora. A veces, no me han ocurrido a mí, las manipulo  a mi conveniencia para fabular. Juego con los datos. Puro divertimiento. No soy escritora (ojalá), escribo para liberar mis fantasmas. Y no es fácil. Escribir estos pequeños retazos me produce desasosiego, mezclo el placer con el dolor, como cuando te hurgas en un padrastro, porque me hacen sentir viva.
Algunas veces incluyo escritos de amigos míos que existen verdaderamente y me han dado permiso para la publicación  y ella piensa que son heterónimos, que también he escrito yo. No se da cuenta de que las ideas y la expresión no se parecen en nada a las mías.
Tranquila, Aurora, no mezclemos la vida con la literatura, las churras con las merinas. Se mezclan ellas solas.

domingo, 22 de marzo de 2015

Hasta pronto, ilustres vecinos de Malasaña

Ayer me levanté con la intención de disfrutar, como todas las mañanas, de la lectura de Moncho Alpuente en el diario Publico, cuando me encontré  con la inesperada noticia de su muerte como un rayo fulminante en un viaje a Canarias, no sé si de la tercera edad con descuentos. Le conocí en la obra de teatro Castañuela 70 y le llevo viendo toda la vida en su barrio y el mío, Malasaña, y concretamente en la calle del Pez. En sus breves columnas con humor satírico y fina ironía diseccionaba la vida de este Madrid que nos tocó vivir. Ha sido un  gran escritor que nunca fue lo suficientemente reconocido porque era particularmente incómodo para el poder.
Con su desaparición he recordado otras dos muertes de cantautores y vecinos del barrio que me impactaron. En primer lugar la de Enrique Urquijo, líder de Los Secretos, muerto en 1999 por sobredosis, que siempre estuvo sumido en un círculo vicioso que le llevaba de la depresión a las drogas y de las drogas a la depresión.  Lo encontraba por la mañana en el kiosko de prensa de la glorieta de san Bernardo y por las noches en la Vía Láctea.  La otra es la del cantautor, Hilario Camacho que, en agosto de 2006, buscando desesperadamente un algo, que sé yo qué misterioso (como decían los versos de Blas de Otero), se fue por voluntad propia. Lo encontraba comprando en el Día.
No me atreví nunca a saludarlos. Lo haré cuando nos encontremos en el otro barrio.
A los anteriores tengo que añadir a Javier Krahe que vivía también en la calle del Pez.
Malos tiempos para la lírica.





He encontrado el entrañable y divertido Blog de Antonio Gómez,  Memoria músico-festiva de un jubilado tocapelotas. que refleja con mucho sentido del humor lo que significo la música y el teatro en los últimos años del franquismo y en la transición:
http://aplomez.blogspot.com.es/search/label/A%20modo%20de%20biograf%C3%ADa
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viernes, 20 de marzo de 2015

El discurso, Manuel Rivas (patadas al diccionario)

Aunque el texto es un poco antiguo (2003), no está mal recordarlo en los tiempos que corren. Estaría muy bien utilizarlo para los alumnos de 2º de Bachillerato. Hay que fijarse en la foto que acompaña a esta entrada, en el logo de los juegos olímpicos que nunca se realizaron, en lugar de 2020, las chanclas señalan la fecha de 20020.

Antes de hablar, enfatizó el presidente, quiero decir unas palabras.Y lo que voy a decir es una verdad como un témpano. Hemos estado entre la espalda y la pared. Hemos ido de caspa caída. Hemos tenido el handicap en contra. Hemos pasado de castaño a oscuro. Nos hemos visto metidos en más de un membrete. De mí se ha dicho que soy un higocéntrico. Pero, recordad, siempre insistí en que todo era pataca minuta, que no había que confundir los churros con las merinas, ni agobiarse en un vaso de agua, ni hacer caso de las antenas paranoicas ni de la fiebre óptica. Yo siempre lo tuve herméticamente claro: Renaceremos de nuestras cenizas como el gato Félix, diga lo que diga el obstáculo de Delfos.
Bien sé que a todo Napoleón le llega su Water-polo, pero yo fui llamado a llenar el vacío de las ausencias y no me voy a salir por la tajante. Mis adversarios dicen que he colocado a España en un lugar antipático a los ojos del mundo. También en eso les ha salido el tiro por la horma del zapato. Me cuentan y no paran de chistes que circulan por Internet, en Portugal, sin ir más lejos. "¿En qué se parecen un presidente español humilde y Superman? En que ninguno de los dos existe". Je, je. Y otro: "¿Por qué cuando empatan a cero, Portugal mete cero goles y España cero golazos?". Muy simpáticos estos portugueses. Será por eso que en las Azores estábamos cuatro y sólo se habla del famoso trío. La verdad es que cuando nos presentaron al primer ministro portugués, le guiñé un ojo a Bush y le dije: "¿Sabías, George, que el nuevo puente de Lisboa sobre el Tajo es el más grande del mundo y uno de los más grandes de Portugal?" ¡Cómo nos reímos!
A mis presuntos sucesores, paciencia. Hay que saborear el éxito en pequeñas diócesis. No quiero que dividáis el partido en tres mitades ni que comiencen las hostialidades. Siempre me tendréis aquí, donde debe ser, a babor, a la derecha. Y ahora viene, lo fundamental. Como dice nuestro patrón fundador, marcando el paso de los tiempos, sin asombro de duda: llegado el momento, y si es menester, hay que sacar los votos hasta de debajo de los ladrillos. Porque, y esta es la gran cuestión, ¿qué futuro vamos a dejar a nuestros antepasados?

Procrastinación o síndrome de Escarlata O'Hara

"Tarditas et procrastinatio odiosa est". Cicerón 

Me gusta aprender palabras y más si estas designan comportamientos. La procrastinación (del latín: pro, adelante, y crastinus, referente al futuro) es la acción o hábito de retrasar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes o agradables. El término pertenece a la psicología, a mí me gusta más llamarlo síndrome de Escarlata O’Hara, la protagonista de la película Lo que el viento se llevó, cuya  incapacidad de enfrentarse con la realidad se plasma en la frase: “Ya lo pensaré mañana”, que, con diversas variantes, aparece en cerca de 40 ocasiones a lo largo de la novela y que se convierte en un rasgo inherente a la joven. La procrastinación como síndrome que evade el responsabilizarse posponiendo tareas a realizar puede llevar al individuo a refugiarse en actividades ajenas a su cometido. La costumbre de posponer genera dependencia de diversos elementos externos como navegar en Internet, leer libros, salir de compras, comer compulsivamente o dejarse absorber en exceso por la rutina laboral, entre otras, como pretexto para evadir alguna responsabilidad, acción o decisión. Un famoso refrán que combate la procrastinación es el que dice: «No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy». Ese era mi lema antes de jubilarme, ahora pretendo que las cosas sigan un ritmo más pausado y me gusta entretenerme en actividades que antes no podía realizar.
Para saber más: