miércoles, 21 de julio de 2010

Una es escritora, la otra no



Tienen la misma edad. Estuvieron muy unidas. Vivían en el mismo barrio. Sacaban más o menos las mismas notas. Se conocieron en primer curso de comunes, estudiaron la misma especialidad (Filología Románica). En tercer curso comenzaron la carrera de Periodismo. Conocieron a los mismos profesores, compartieron confidencias, lecturas y amigos, realizaron la tesina en el Instituto Arias Montano. Se separaron poco después sin enfadarse, en silencio. Tiempo después, se encontraron por casualidad en La Feria del Libro, donde Paloma, a los diecinueve años, publicó por primera vez un libro, ”Biografía de genios, sabios, traidores y suicidas, según antiguos documentos”, pero la otra desvió la mirada. Tampoco la saludó, hace un par de años, en una conferencia multitudinaria en la Fundación Juan March.

Una fue profesora de Universidad y ahora investigadora del CSIC, la otra profesora en un centro de secundaria. Una es especialista en literatura medieval, la otra aprendiz de todo. Una ha publicado muchos libros, la otra escribe en un blog. Una ha recibido numerosos premios, la otra sólo uno. Una es muy fuerte y segura, sabía lo que quería desde el principio; la otra muy frágil, todavía no sabe lo que quiere. Una ha triunfado: es una de las mejores escritoras que hay en estos momentos, escribe como los ángeles; la otra no.

He leído la mayoría de los libros de Paloma Díaz Mas (“El sueño de Venecia” es el que más me gusta) y me siento muy orgullosa de sus éxitos. En el libro autobiográfico “Como un libro cerrado” me cita fugazmente como una compañera que la acompañó a casa de un profesor. ¿Qué pasó para que nos distanciáramos? Ahora lo tengo claro: dejamos de caminar al mismo paso. Me hice más amiga de una amiga suya y cuando elaborábamos la tesina se pusieron en evidencia aún más nuestras diferencias de carácter. Paloma tenía despacho, beca y congeniaba con Jacob Hassan; yo no encontraba mi sitio y no tenía ninguna empatía con Hassan. Paradójicamente, a ella se le abrieron las puertas de la investigación con los cantos de muerte sefardíes y a mí se me cerraron con los cantos de nacimiento.

Todo esto viene a cuento porque he visto en una conferencia suya una referencia positiva a mi trabajo de aquellos tiempos (“cantos de parida, clasificados y estudiados por Mª Ángeles Cuéllar en un trabajo por desgracia inédito” pág. 198) y esta casualidad ha hecho que me anime a decirte que recuerdo con mucho cariño el tiempo que compartimos juntas. Suscribo todo lo que escribes sobre Jacob: a mí también me enseñó a trabajar con ideas claras y esquemas precisos.

La carta de Ramés: para comprender el esquema de la comunicación

domingo, 18 de julio de 2010

"Una mesa es una mesa" de Peter Bichsel: para estudiar el signo lingüístico


Nota sobre el documento: debo advertir que el documento lo copié directamente de un blog y al leerlo en clase me di cuenta de que está lleno de errores y erratas, de las que no me queda otro remedio que hacerme responsable.

Las mujeres que leen son peligrosas

Judeoespañol


A veces se nos olvida un dialecto del castellano: el judeoespañol o ladino, la lengua castellana de la época de los Reyes Católicos que los judíos se llevaron a su exilio. La lengua de los sefarditas o sefardíes (derivada de la palabra en hebreo que significa España, “Sefarad”) ha evolucionado muy poco, ha incorporado muchas palabras del hebreo y algunas palabras del árabe, turco o griego, y nos sirve para hacernos una idea de cómo era la fonética del castellano en el siglo XV. La audición de estos textos nos puede servir en clase como un ejemplo de la lengua y la literatura de esa época.
Los judíos fueron expulsados de España el 31 de julio de 1492, por un decreto que establecía la obligación de abandonar el territorio español, excepto a los que se convirtiesen al cristianismo. La mayoría de los sefardíes optaron por el exilio, y casi todos ellos fueron recibidos por el sultán Bayaceto II en el Imperio otomano. Otra parte se estableció en Marruecos, Holanda y algunos países de Europa Central.
Los sefardíes establecidos en el Imperio otomano pertenecían a un nivel social y económico en cierta medida superior al de las poblaciones autóctonas, lo cual permitió que éstos conservaran la lengua y la mayoría de sus tradiciones hispánicas por casi 400 años. Desde la segunda mitad del siglo XIX hasta la II Guerra Mundial, una serie de cambios históricos, políticos, sociales y culturales alteraron profundamente el entorno en que vivían los sefardíes y, en consecuencia, sus modos de vida.
En la actualidad, los sefardíes se encuentran dispersos por todo el mundo y, aunque
conservan la conciencia de sus orígenes y algunos de sus elementos identitarios (como
la práctica de una liturgia sinagogal específica), han perdido la mayor parte de sus
rasgos culturales específicos, incluido el uso de la que fue su lengua durante siglos (el judeoespañol), hoy relegada a entornos y usos muy minoritarios. El número de hablantes de judeoespañol ronda  los 150.000.
La literatura, muy influida por los romances y canciones castellanos, se ha transmitido fundamentalmente por vía oral. Cuando los textos se escribían, lo hacían con caracteres hebraicos al igual que los mudéjares usaban el alifato o alfabeto árabe. A este tipo de escritura con alfabeto no latino se llama aljamiada.


Canto de parida o de nacimiento:

Dos canciones de amor:

Tu madre cuando te pario
Y te quito al mundo
Coracon ella no te dio
Para amar segundo,
Adio,
Adio Querida,
No quero la vida,
Me l'amagrates tu,
Va, busacate otro amor,
Aharva otras puertas,
Aspera otro ardor,
Que para mi sos muerta.....



Elías Canetti, que nació en Rutschuk (Bulgaria), en el bajo Danubio, cuenta en La lengua absuelta, el primer tomo de su autobiografia, que las primeras canciones de su infancia fueron viejos romances españoles." Manzanicas coloradas las que vienen de Stambol", así termínaba una de esas canciones. Butica, era la tienda donde el abuelo y sus hijos pasaban el día; y cuando venía a verles un tío suyo, hermano mayor de su padre, se dirígía a él y, estirando su mano sobre su cabeza, le decía: "Yo ti bendigo, Eliachu, amén". También recuerda que durante el parto de su hermano oyó gritar a su madre desde la puerta: " ¡Madre mía querida! ¡Madre mía querida!" El ladíno o castellano antiguo fue una de las lenguas de Canetti. Tenía que ver con el pasado remoto de su familia. Eran sefardíes, y el español que hablaban desde la expulsión había evolucionado muy poco a través de los siglos. Los sefardíes, judíos creyentes para quienes la vida de la comunidad religiosa tenía un significado esencial, se consideraban judíos especiales, orgullosos y arrogantes, lo que según Canetti estaba estrechamente relacionado con su tradición española. Ese orgullo les había hecho conservar las palabras que guardaban la memoria de aquel lugar remoto que se habían visto forzados a abandonar y, tal vez, con esa memoria la ilusión del regreso.

El ensayo

Caracter genero ensayoView more documents from Ángeles Cuéllar.

Una modesta proposición ("A Modest Proposal") es un ensayo satírico escrito por Jonathan Swift en 1729. El ensayo propone resolver el problema en Irlanda de campesinos inquilinos que no pueden alimentar sus hijos porque los propietarios son inflexibles sobre el arriendo. Después de discutir el problema, sugiere una solución nueva: los padres deben vender sus hijos a los terratenientes ricos para comérselos. Muchos contemporáneos de Swift no entendieron la intención satírica del ensayo de Swift y obtuvo criticas por su escrito de excepcional "mal gusto".
El objetivo del autor era enfrentar a la sociedad irlandesa, a las condiciones deplorables de los jornaleros y campesinos de su país. Su vehículo de transmisión eran el sarcasmo, la ironía y el humor negro. La obra se ha convertido en un referente indiscutible de el género ensayístico (Wikipedia).

viernes, 16 de julio de 2010

Prefijos y sufijos: teoría y ejercicios interactivos


-Buen enlace para prefijos y sufijos:
http://www.ieslaasuncion.org/castellano/prefijos.htm
- Ejercicios interactivos