Me he enterado de que el 16 de octubre se conmemora en
España, por segundo año consecutivo, el Día de las escritoras. Se han
seleccionado textos de treinta creadoras en castellano, catalán, euskera y
gallego, que se leerán en el Auditorio de la Biblioteca Nacional. Los fragmentos
seleccionados son de las escritoras: Isabel de Villena, Teresa de Jesús,
Gertrudis Gómez de Avellaneda, Carolina Coronado, Mercedes Cabello de
Carbonera, Emilia Pardo Bazán, Víctor Català [Caterina Albert], Juana de
Ibarbourou, Elena Fortún, Teresa de la Parra, María Etxabe, Julia de Burgos,
Alfonsina Storni, Dolores Medio, Rosario Castellanos, Mercè Rodoreda, Elena
Soriano, Elena Garro, Begoña Caamaño, Carmen Martín Gaite y Gloria Fuertes.
Bienvenida sea toda iniciativa que visibilice a las mujeres,
que sirva para reivindicar su voz y para recordar a todas las escritoras que no
aparecen en los libros de texto. Siempre me llamó la atención que en los
comentarios que hacíamos en clase para preparar la selectividad, las pocas
veces que pertenecía a una mujer escritora, los alumnos siempre se refirieran
al autor, desacostumbrados como estaban a leer textos escritos por mujeres.
Aunque el sexo del escritor no garantiza nunca una mirada feminista ante la
realidad, ojalá llegue un día que no sea necesaria la discriminación positiva.
Octavio Salazar en Eldiario.es escribe un artículo con el
atractivo título de Los hombres que no leen a mujeres son peligrosos: "
Las mujeres que leen, las mujeres que escriben, no son peligrosas. Los que son
peligrosos son los hombres que no las reconocen como humanas y que se
construyen sin la mirada que ellas nos ofrecen sobre nuestra imperfecta
naturaleza. A los hombres que no leen libros escritos por mujeres les falta la
mitad del mapa que nos permite ubicarnos en los complicados paisajes del alma.
Y eso es, me temo, una seria discapacidad".