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domingo, 11 de julio de 2010

Continuidad de los parques, Julio Cortázar

Pincha aquí si quieres oír el relato leído por el propio autor.



 Había empezado a leer la novela unos días antes. La abandonó por negocios urgentes, volvió a abrirla cuando regresaba en tren a la finca; se dejaba interesar lentamente por la trama, por el dibujo de los personajes. Esa tarde, después de escribir una carta a su apoderado y discutir con el mayordomo una cuestión de aparcerías volvió al libro en la tranquilidad del estudio que miraba hacia el parque de los robles. Arrellanado en su sillón favorito de espaldas a la puerta que lo hubiera molestado como una irritante posibilidad de intrusiones, dejó que su mano izquierda acariciara una y otra vez el terciopelo verde y se puso a leer los últimos capítulos. Su memoria retenía sin esfuerzo los nombres y las imágenes de los protagonistas; la ilusión novelesca lo ganó casi en seguida. Gozaba del placer casi perverso de irse desgajando línea a línea de lo que lo rodeaba, y sentir a la vez que su cabeza descansaba cómodamente en el terciopelo del alto respaldo, que los cigarrillos seguían al alcance de la mano, que más allá de los ventanales danzaba el aire del atardecer bajo los robles. Palabra a palabra, absorbido por la sórdida disyuntiva de los héroes, dejándose ir hacia las imágenes que se concertaban y adquirían color y movimiento, fue testigo del último encuentro en la cabaña del monte. Primero entraba la mujer, recelosa; ahora llegaba el amante, lastimada la cara por el chicotazo de una rama. Admirablemente restallaba ella la sangre con sus besos, pero él rechazaba las caricias, no había venido para repetir las ceremonias de una pasión secreta, protegida por un mundo de hojas secas y senderos furtivos. El puñal se entibiaba contra su pecho, y debajo latía la libertad agazapada. Un diálogo anhelante corría por las páginas como un arroyo de serpientes, y se sentía que todo estaba decidido desde siempre. Hasta esas caricias que enredaban el cuerpo del amante como queriendo retenerlo y disuadirlo, dibujaban abominablemente la figura de otro cuerpo que era necesario destruir. Nada había sido olvidado: coartadas, azares, posibles errores. A partir de esa hora cada instante tenía su empleo minuciosamente atribuido. El doble repaso despiadado se interrumpía apenas para que una mano acariciara una mejilla. Empezaba a anochecer. Sin mirarse ya, atados rígidamente a la tarea que los esperaba, se separaron en la puerta de la cabaña. Ella debía seguir por la senda que iba al norte. Desde la senda opuesta él se volvió un instante para verla correr con el pelo suelto. Corrió a su vez, parapetándose en los árboles y los setos, hasta distinguir en la bruma malva del crepúsculo la alameda que llevaba a la casa. Los perros no debían ladrar, y no ladraron. El mayordomo no estaría a esa hora, y no estaba. Subió los tres peldaños del porche y entró. Desde la sangre galopando en sus oídos le llegaban las palabras de la mujer: primero una sala azul, después una galería, una escalera alfombrada. En lo alto, dos puertas. Nadie en la primera habitación, nadie en la segunda. La puerta del salón, y entonces el puñal en la mano. la luz de los ventanales, el alto respaldo de un sillón de terciopelo verde, la cabeza del hombre en el sillón leyendo una novela.

Un hombre, un libro y una conexión entre la realidad y la ficción. Cómic basado en el cuento:


Una adaptación al cine:


Por último, un comentario:
http://paola-literatura.blogspot.com/2009/07/analisis-de-continuidad-de-los-parques.html

domingo, 20 de junio de 2010

Antología de textos narrativos

1.-Pulsa aquí para visualizar el LIM (Libro Interactivo Multimedia) que analiza los rasgos más característicos de la naración, el autor ha elegido la leyenda de Bécquer titulada El Monte de las Ánimas como referente para una parte importante de las explicaciones y actividades del libro.
2.-

3.-

sábado, 19 de junio de 2010

Relatos de terror para noviembre

1. Pincha el siguiente enlace:

http://ak.imgag.com/imgag/product/preview/flash/bws8Shell.swf?ihost=http://ak.imgag.com/imgag&brandldrPath=/product/full/el/&cardNum=/product/full/ap/3125133/graphic1

2. Sigue las instrucciones.
3. Describe paso a paso las imágenes que aparecen en el vídeo.
4. Haz una narración en la que cambies el final.


Noche de Fantasmas
Hola, forastero,
¿te has perdido?
¿No sabes que no es seguro
viajar de noche por estos lugares?
Algo o alguien no tardará en encontrar tu rastro,
y uno nunca sabe con qué se podría tropezar
por aquí a estas horas.
Estás a kilómetros de cualquier parte y se acerca una
tormenta. Tal vez podría indicarte el camino corrrecto
No importa. Me harás compañía.
Tal vez podría contarte algunas historias por el camino:
-La leyenda de Sleepy Hollow, W. Irving
-Un cuento para dormir, Chris Mould
-Las estatuas de mármol, Edith Vesbil
-El forastero, Cris Mould
-Junto a la chimenea, Cris Mould
-La historia del viajante, Dickens
-A bordo del Armadillo, Cris Mould
-La diligencia fantasma, Amelia B. Edwards



http://labatametalica.blogspot.com/2010/12/relatos-de-siglos-xix-y-xx.html

Vosotros los que leéis aún estáis entre los vivos:

-El entierro (1819 Lord Byron)
-Historia de fantasmas (1819 Ernst Theodor Amadeus Hoffmann)
-El pie de momia (1840 Théophile Gautier )
-La noche de Difuntos (1865 Gustavo Adolfo Bécquer)
-Megaupload
-Sombra. Una Parábola (1835 Edgar Allan Poe)

jueves, 3 de junio de 2010

Cuéntame un cuento


(Actividad para 1º ESO)
Recuerda los cuentos que has leído cuando eras más pequeño e inventa una historia de animales en 3º persona para un hermano tuyo. Como mínimo tienes que poner 3 ilustraciones.
El cuento tendrá tres partes:
1. Introducción: Érase una vez donde expliques los datos principales y presentes al protagonista.
2. Nudo: Y entonces donde narres lo que pasa en la parte central.
3. Desenlace: Colorín, colorado donde decidas el final de la historia.

1. Érase una vez
Elige un protagonista:
· ponle un nombre, describe cómo es físicamente (su tamaño, su color, su rasgo característico: pelaje suave, ojos saltones, orejas enormes etc.).
· cómo es su forma de ser (rasgos positivos: inteligente, valiente, simpático, generoso y negativos: perezoso, desconfiado, miedoso, tacaño).
· lo que le gustaba hacer (viajar, contar historias, tumbarse al sol).
· donde vivía: En una aldea, un bosque, una ciudad... Lo que le gusta de ese lugar (vivían muchos amigos, siempre hacía buen tiempo, había mucha comida..) o lo que no le gustaba (llovía demasiado, era un lugar solitario, se trabajaba sin descanso...).
2. Y entonces
Piensa en qué problema se le puede presentar, cómo altera su vida normal y cómo lo solucionó. Alguien se burló de él, lo hicieron trabajar demasiado, hubo una inundación, se quedó sin comida...
· Qué decidió hacer: marcharse a otro lugar, prepararse muy bien para el concurso, convencer a sus amigos para hacer algo...
· Cómo reaccionan los animales que viven con él, no le apoyan porque piensa que no lo conseguirá, que es muy arriesgado.
· Qué dificultades encontró (el camino era muy largo, no sabía como entrenarse, nadie le escuchaba, le faltaba un material..) , cómo se las ingenió para solucionarlas (consiguió un medio de transporte nuevo, decidió construirlo de otra manera, le pidió consejo a un sabio...). Con quién tuvo que enfrentarse.
Acuérdate de describir los personajes y lugares nuevos que aparecen. Indica el tiempo que transcurre entre una peripecia y otra.
3.-El final
· Decide lo que ocurre al final: llegó a su destino, ganó el concurso, su invento funcionó, etc.
· Cómo reaccionaron los demás personajes. Nadie se burló más de él, todos se marcharon con él, le nombraron presidente, hicieron una gran fiesta.
· Cómo ha cambiado el protagonista.
· Si te atreves, puedes escribir una moraleja.
4. El título
Una vez que ya lo hayas escrito, debes ponerle un título que sea ingenioso y que resuma el tema del cuento.
Entrégaselo a la profesora para que lo corrija y pásalo a limpio.
Atención: La presentación es tan importante como el contenido. Los cuentos se expondrán en el aula y los verán todos tus compañeros que seguro que te felicitan.

martes, 18 de mayo de 2010

Crímenes ejemplares



Estos son algunos de los "crímenes ejemplares" que Max Aub incluye en su obra, editada por Editorial Calambur:

Se mondaba los dientes como si no supiese hacer otra cosa. Dejaba el palillo al lado del plato para, tan pronto como dejaba de masticar, volver al hurgo. Horas y horas, de arriba abajo, de abajo arriba, de derecha a izquierda, de izquierda a derecha, de adelante para atrás, de atrás para adelante. Levantándose el labio superior, leporinándose, enseñando sus incisivos —uno tras otro— amarillentos; bajándose el inferior hasta la encía carcomida: hasta que le sangró; un poco nada más. Le transformé la biznaga en bayoneta, clavándosela hasta los nudillos.
Se atragantó hasta el juicio final. No temo verle entonces la cara. Lo gorrino quita lo valiente.

¿Ustedes no han tenido nunca ganas de asesinar a un vendedor de lotería, cuando se ponen pesados, pegajosos, suplicantes? Yo lo hice en nombre de todos.

Lo maté porque me dolía la cabeza. Y él venga a hablar, sin parar, sin descanso, de cosas que me tenían completamente sin cuidado. La verdad, aunque me hubiesen importado. Antes, miré mi reloj seis veces, descaradamente: no hizo caso. Creo que es una atenuante muy de tenerse en cuenta.

Salimos a cazar patos silvestres. Me agazapé en el tollo. ¿Qué me empujó a apuntar a aquel hombre rechonchito y ridículo, con sombrero tirolés, con pluma y todo?

Le pedí el Excelsior y me trajo El Popular. Le pedí Delicados y me trajo Chesterfield. Le pedí cerveza clara y me la trajo negra. La sangre y la cerveza, revueltas, por el suelo, no son una buena combinación.

Hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba. Y venga hablar. Yo soy una mujer de mi casa. Pero aquella criada gorda no hacía más que hablar, y hablar, y hablar. Estuviera yo donde estuviera, venía y empezaba a hablar. Hablaba de todo y de cualquier cosa, lo mismo le daba. ¿Despedirla por eso? Hubiera tenido que pagarle sus tres meses. Además hubiese sido muy capaz de echarme mal de ojo. Hasta en el baño: que si esto, que si aquello, que si lo de más allá. Le metí la toalla en la boca para que se callara. No murió de eso, sino de no hablar: se le reventaron las palabras por dentro.

Me sacó siete veces seguidas a bailar. Y no valían argucias: mis padres no me quitaban ojo. El imbécil no tenía la menor idea de lo que era el compás. Y le sudaban las manos. Y yo tenía un alfiler, largo, largo.

Resbalé, caí. La corteza de una naranja tuvo la culpa. Había gente, y todos se rieron. Sobre todo aquella del puesto, que me gustaba. La piedra le dio en el meritito entrecejo: siempre tuve buena puntería. Cayó espatarrada, enseñando su flor.

Lo maté por idiota, por mal pensado, por tonto, por cerrado, por necio, por mentecato, por hipócrita, por guaje, por memo, por farsante, por jesuita, a escoger. Una cosa es verdad: no dos.

Matar, matar sin compasión para seguir adelante, para allanar el camino, para no cansarse. Un cadáver aunque esté blando es un buen escalón para sentirse más alto. Alza. Matar, acabar con lo que molesta para que sea otra cosa, para que pase más rápido el tiempo. Servicio a prestar hasta que me maten; a lo que tienen perfecto derecho.

De mí no se ríe nadie. Por lo menos ése ya no.Aub Max - Crimenes Ejemplares
Crímenes ejemplares