jueves, 14 de octubre de 2021

Alberto Torres Blandina, Las clases de literatura no sirven para nada


Gracias Angeloxo, querido alumno, por pasarme el enlace.

14/10/2021 - Las clases de literatura no sirven para nada, solo para acumular nombres y fechas que olvidaremos en una semana, me dicen a menudo mis alumnos del instituto. Yo les respondo que eso no es cierto y acto seguido me preguntan: ¿Pues para qué sirve estudiar literatura? Y la pregunta proviene solo en parte de ellos. En realidad es una pregunta que está en el aire. Mis alumnos la respiran y luego la expulsan. La respiran de sus padres que distinguen entre asignaturas “marías” (que según ellos son prescindibles, y que suelen coincidir con las artísticas y humanísticas: dibujo, filosofía, teatro...) y asignaturas importantísimas que les ayudarán a conseguir un buen trabajo. La respiran de una sociedad en la que lo útil es lo importante. Y curiosamente llamamos “útil” a todo aquello que nos haga ganar dinero. Si nos ayuda a estar mejor con nosotros mismos, a ser más críticos con la información que recibimos o a pensar con más profundidad no se considera útil. Y es que no nos equivoquemos, ser crítico o pensar demasiado no son características que un jefe quiera en sus empleados: le sirven mejor calladitos y obedientes. Útiles al jefe. A la empresa. A los políticos. A los que mandan. ¿Para qué tenemos que estudiar literatura?, me preguntan mientras clavan sus pupilas en mi pupila marrón. Y yo les confieso que me da igual si en unos años recuerdan las obras de Espronceda o el nombre del caballo de Don Quijote. Que mi propósito es conseguir que aprendan, a través de los textos, a mirar el mundo con madurez. Y esto significa darse cuenta de que si observamos a nuestro alrededor seremos capaces de ver quiénes somos como personas y como sociedad. La ropa que usamos, las canciones que escuchamos o las series que consumimos son signos claros para quien dedique un poco de tiempo (si nos dejan) a observar. Por ejemplo, el Cid no es solo un héroe épico medieval. El Cid representa, como todos los ídolos de una época, las aspiraciones de su sociedad. El Cid es católico, valiente y leal al rey porque eso es el ejemplo de la perfección en el mundo medieval. De ahí llega la inevitable pregunta: ¿Qué héroes tenemos hoy en día? ¿A qué aspiramos como sociedad? Gil y Gil, Belén Esteban o los concursantes de Gran Hermano fueron los héroes de la década del pelotazo español. Nuestra aspiración era enriquecernos sin esfuerzo alguno. Y sin ética ninguna. Comprar pisos y revenderlos, dejarse los estudios para ganar 3000 euros en la obra, meternos en política y poner sobrecoste a las rotondas… Analicemos las “celebrities” actuales (youtubers, futbolistas, kardashians...) y veremos con claridad qué tipo de sociedad tenemos y qué papel queremos representar en ella... Otro ejemplo: los poemas del Romanticismo son incomprensibles sin la Revolución Francesa y su idea de libertad. Pero también se explican por la ley del péndulo, siempre presente en la historia. Esta ley dice que cada generación se aleja de la anterior. O sea, lo que ya sabemos: que los hijos reniegan del mundo de sus padres. A la razón del siglo XVIII (el siglo de las luces) se opone la irracionalidad y el sentimentalismo (a veces barato) de sus hijos, los románticos del XIX. Del mismo modo, el péndulo volverá al otro lado una generación más tarde, cuando los románticos sean los antiguos y la generación siguiente ponga de nuevo el foco en la razón. Los escritores realistas crecerán hartos de la sensiblería romántica, rancia y viejuna desde su punto de vista. E influenciados por el método científico se propondrán llevar la objetividad (que tantos frutos está dando en la ciencia desde la Revolución Industrial) a la literatura. ¿Y adivinan qué? Pues eso, que la siguiente generación, los modernistas, volverán al sentimentalismo para oponerse a sus padres realistas... La ley del péndulo es infalible. Cada generación quiere matar simbólicamente a sus padres. El punk de los 70 con sus crestas verdes o las camisetas heavys de calaveras y diablos de los 80 (no olvidemos que no hay nada nuevo: escritores simbolistas como Rimbaud se pintaron el pelo verde y Lord Byron era satanista como forma de ser antisistema) son solamente una forma de escandalizar a los adultos cargándose la ética y la estética que ellos crearon (oponiéndose en aquel entonces a la de sus padres). Y esto explica tanto lo macabro y morboso del movimiento Romántico como el cine de destape como los tatuajes en la cara de los cantantes de trap. El “Lazarillo de Tormes” no es solo la novelita de un pícaro que se busca la vida. Al igual que el cine kinki de los 80 o series actuales como La casa de Papel o Vis a Vis, nos habla del descrédito social ante el poder, sea este la Iglesia o el Estado. En épocas de bonanza económica observamos productos culturales que no ponen en entredicho el sistema: la música pop hablando de naderías o series de médicos y policías (funcionarios). Pero en épocas de crisis los protagonistas (héroes a los que aspiramos) están fuera del sistema: yonkis, ladrones o presas. O superhéroes. La moda de los superhéroes es el ejemplo más claro de la poca confianza en el sistema que tenemos hoy día. Un sistema que necesita que venga alguien de fuera a salvarlo pues por sí mismo no funciona. Y hacen falta superpoderes para arreglarlo... Los poemas a la virgen del monje Gonzalo de Berceo son pura propaganda cristiana. Marketing del poder como las películas y libros del sueño americano son propaganda capitalista: ¡Si te esfuerzas, lo conseguirás! ¡Si quieres, puedes! Falsa meritocracia que culpabiliza al individuo de su fracaso en la vida sin problematizar un sistema en el que si no te puedes pagar un máster, a ser posible en Estados Unidos, nunca accederás a ciertos trabajos. En el que el empresario suele tener un colchón familiar porque, seamos honestos, pocos se arriesgan a perder lo que no tienen. La pobreza no es pereza como piensan los ricos más miopes. La pobreza es miedo. Y así podríamos poner mil ejemplos más de cómo la literatura, como todos los productos culturales, habla de su época. De cómo los textos literarios nos pueden enseñar a mirar el mundo. Y entonces entenderemos por qué los protagonistas de la mayoría de series y películas actuales son mujeres desde el éxito de la revolución feminista, generando roles y modelos de “ser mujer” hasta ahora pobres o inéditos en la representación cultural. Por qué las distopías surgen en épocas de crisis señalando el colapso del sistema si nada cambia. Por qué la música trap habla de drogas y sexo, al igual que lo hizo el punk, porque ambas eran/son una generación sin futuro, que probablemente vivirá peor que sus padres (sin trabajo, sin sueldos decentes, abocada al alquiler) y ante la falta de expectativas se lanza a vivir el presente hasta el tuétano. O se lanza a la nostalgia del pasado ante la crisis de futuro, y entonces surgen Calderón de la Barca o VOX aferrándose a los valores del sueño imperial español. La seguridad de la tradición y la religión frente a un mundo caótico sin asideros. Entenderemos que la obsesión por el oro, las marcas de ropa y todas esas canciones que hablan de enriquecerse son el ejemplo más claro de la pobreza que nos rodea. Porque el rico no necesita fardar. El rico sabe que es rico. Y sus marcas, carísimas, son a menudo desconocidas por la mayoría. Es el pobre el que necesita llevar oro, excesivo oro hasta lo cutre. Grandes logotipos de marcas de pobre que muestra, a quien sabe mirar, su pobreza. ¿Para qué sirven tus clases de literatura?, me preguntan. Y yo les repito que la literatura es una forma de mirar el mundo. Que la literatura nos atraviesa como individuos y como sociedad. Somos la simpleza ideológica, casi eslogan coucher, de la poesía adolescente que adorna las redes. Somos la falta de futuro del trap y la nostalgia de un pasado (idealizado como forma de enfrentarse a la inseguridad de los tiempos) de la novela “Feria” de Ana Iris Simón o del marxismo ya pasadete de algunos sectores de Podemos. Los medios de comunicación, como el narrador de “Don Quijote de la Mancha”, han dejado de ser fiables porque ha caído La Verdad (medieval o postinternet). Las películas de zombies nos muestran como una masa imbecilizada por el consumismo y el populismo. Black Mirror, como la novela “Frankenstein” en el XIX, nos alerta de los peligros de la revolución tecnológica de su época. Etc, etc., etc. Así que la pregunta correcta sería: ¿Para qué NO sirven las clases de la literatura?

Alberto Torres Blandina (Valencia, 1976) es escritor y profesor de literatura y creación literaria.
 

lunes, 11 de octubre de 2021

Teatro actual: En nuestro reino de Luis Riera

 

Este viernes acudí a la sala La Encina (Ercilla, 15) para ver la última obra de Luis Riera que se representará todos los viernes del mes de octubre a las 22 h. Este joven autor y actor, al que ya he citado en otra entrada Teatro actual y crítico: El Porvenir de Luis Riera, cultiva un teatro comprometido con el momento actual, basado en el absurdo para dar la vuelta como a un calcetín al pensamiento dominante, a lo políticamente correcto. En una hora de reloj asistimos al drama humorístico en forma monólogo de un alcohólico que ni quiere ni puede dejar de serlo. El título original de la obra Ominona (anónimo al revés) ha sido sustituido por En nuestro reino, el nombre de la terapia que utiliza para buscar la felicidad de los alcohólicos con unos métodos más que dudosos. Mientras, en un esfuerzo agotador, el actor despliega todos sus recursos y trucos escénicos: conecta con el público, se mueve con soltura por el escenario, canta, imita el acento de los personajes con los que se encuentra para divertirnos, emocionarnos y, lo más difícil, hacernos reflexionar.

¿Por qué dejar de beber en una sociedad que bebe? Esta es la pregunta que no ha dejado de asaltarle a José Ángel, quien comienza hoy a dirigir un nuevo grupo de Alcohólicos Anónimos.

Maestro de escuela, número uno de su oposición, un hombre que cumplió con todas las obligaciones que hoy nos impone la sociedad: el estudiar, el tener un trabajo estable, el tener una casa en propiedad, fue sacado de esta sociedad por su extrema inclinación por la bebida.

¿Quién es responsable de su alcoholismo? ¿Él? ¿Su entorno? ¿La sociedad? José Ángel ofrecerá la solución para él y para su público, a quienes presentará nuestra historia actual desde otro punto de vista, a quienes invitará a crear Nuestro reino en este monólogo.

La inmersión en esta reunión de alcohólicos merece la pena.

https://www.elmundo.es/madrid/2021/11/14/6171b2d721efa044248b45da.html


http://tardedeteatro.blogspot.com/

martes, 5 de octubre de 2021

Un aplauso a los profesores en el Día mundial del Docente

En el día mundial del Docente, la UNESCO llama la atención sobre las condiciones en las que se desarrolla esta labor, fundamental para la sociedad.

Desde aquí un aplauso a todos los docentes que son y en el mundo han sido. 

Leed completo el artículo de Pachi Lanzas en El Plural El aplauso no recibido.

"Seguro que hay alguna profesora o profesor a quien recuerdas de forma especial. Esperemos que sea por lo bueno, eso sí. Está claro que una parte muy importante de nuestra personalidad se forja en las aulas. Y la actividad docente en muchas ocasiones no es ni fácil ni gratificante. Por eso, no está mal que dediquemos por lo menos un día al año a recordar la labor de las personas que se esfuerzan por hacernos aprender, lo consigan o no.

Cada día, los profesionales de la docencia se enfrentan a situaciones más complicadas, a la pérdida de control sobre su trabajo y a condiciones laborales menos satisfactorias. Sin embargo, siguen jugando un papel clave en nuestra sociedad, aunque para ellas y ellos no haya aplausos casi nunca".


sábado, 2 de octubre de 2021

‘Youtubers’ que dan clase en español

No recibo muchas visitas en mi blog, unas ochenta de media al día. Pero hay veces que desde Suecia, Irlanda o Estados Unidos el marcador se dispara con cien visitas más. Supongo que serán profesores de español y desde aquí les doy las gracias. El problema es que no sé cuáles son las entradas más visitadas para poder ayudarles. Pensando en ellos, subo hoy este artículo de Elisa Silió Las siete estrellas ‘youtubers’ que dan clase en español a 18 millones deseguidores. La pandemia ha puesto al descubierto la labor de estos divulgadores ("edutubers"), que abrieron sus canales como aficionados y ahora triunfan a los dos lados del Atlántico. En estas cuentas creadas por docentes es posible encontrar recursos y herramientas sobre Matemáticas, Física, Inglés, Lengua o incluso aprender a través de canciones.

A las direcciones anteriores añado la de Alberto Bustos, profesor de Didáctica de la Lengua en la Universidad de Extremadura, en su canal de YouTube. El blog de Lengua comparte información útil sobre gramática del español, ortografía, vocabulario, redacción y todo lo que pueda interesar sobre nuestro idioma.

lunes, 27 de septiembre de 2021

Puigdemont, Alguer y el dialecto alguerés

La ciudad de Alguer, reducto catalán en la isla de Cerdeña desde época medieval, ha sido protagonista esta última semana porque en esa localidad italiana se ha arrestado a Carles Puigdemont por orden del Tribunal Supremo cuando iba a asistir al encuentro de cultura popular. Curiosamente Puigdemont se había trasladado desde Bruselas para reunirse también con alcaldes independentistas sardos. 

El alguerés es la variante del catalán que se habla desde 1354 en la ciudad de Alguer, al noroeste de la isla italiana de Cerdeña, cuando colonos catalanes traídos por Pedro IV repoblaron la ciudad, después de que la población originaria sarda fuese expulsada o deportada. El alguerés pertenece al grupo de dialectos catalanes orientales y tiene bastantes influencias del italiano, el sardo y del español. También es frecuente encontrar arcaísmos, consecuencia de su aislamiento.

 La ciudad tiene una población de más de 44.000 habitantes Y, aunque se desconoce con certeza cuántos lo utilizan en su vida cotidiana, la gran mayoría de la población lo entiende. Eso sí, solo unos pocos lo hablan y lo saben escribir (aproximadamente un 25%).  En la actualidad difícilmente se habla entre los jóvenes y casi no se enseña en las escuelas. Hace un siglo aproximadamente, casi todos hablaban catalán, según un censo que se llevó a cabo en 1921. Para evitar su desaparición cuentan con un canal de Televisión que emite en catalán, un diario digital y una radio local. Y existen numerosos vínculos culturales, fomentados por la Generalidad de Cataluña.

Si tienes tiempo (dura más de 50 minutos) y quieres ver cómo es la ciudad y como hablan sus habitantes te recomiendo el programa de TV3 Cosins Germans, dedicada a L´Alguer del escritor valenciano Ferran Torrent (Agosto 2016).


viernes, 24 de septiembre de 2021

El positivismo tóxico de los libros de autoayuda


Está muy bien que busquemos nuestras zonas erróneas y aprendamos a controlarnos, que mantengamos nuestro cuerpo sano, que nos deshagamos de las cosas y las personas que nos lastran, que intentemos no centrarnos en lo negativo y ser positivos. Pero las recetas no funcionan, solo nos enseñan a aguantar más, sobre todo, cuando estas nos aíslan y nos hacen interiorizar que el problema siempre es nuestro, que es nuestra culpa que no seamos felices. Lo político ahora es personal, los problemas se han privatizado y las protestas han sido demonizadas. Porque el problema no solo somos nosotros, el problema está en el mundo que nos rodea. Es un mundo enfocado en el más y mejor, donde nada nunca es suficiente y siempre hay que ser más productivo para consumir más. Este es el mundo creado por el capitalismo neoliberal y no valen las tiritas para las heridas, sino un cambio sustancial.  
Es un mundo en el que crecen la inseguridad existencial y la desigualdad, y en el que desaparecen las redes de seguridad; en el que la mayoría de las personas carecen crónicamente de tiempo y sentido de vida. Y en vez de mirarnos el ombligo, debemos  preguntarnos cómo cambiar un sistema que nos oprime. En vez de forjar rebeldes, se forman corderitos que asumen que esto es así y no se puede cambiar. Ver el lado bueno de las cosas no hace que los problemas desaparezcan.                              

Recojo aquí fragmentos del artículo de El Confidencial  Cómo acabar de una vez por todas con los libros de autoayuda que recoge en exclusiva las primeras páginas de 'Manifiesto en contra de la autoayuda' de Marian Donner; un análisis sobre el positivismo tóxico y la condena de la felicidad.

Porque, en otras palabras, lo que te ofrecen todos esos libros de autoayuda, artículos, charlas TED, lecturas, cursos e instructores son normas. Normas para que funciones mejor y te adaptes mejor al 'statu quo'. Pertenecer. Participar. Ese es el objetivo. Sé positivo, camina recto, ordena tu casa, haz la cama por las mañanas, abandona tu zona de confort, sigue una rutina, fija prioridades, conoce tus puntos fuertes y trabaja los débiles, escucha a los demás, ignora los malos consejos, trata los problemas como oportunidades, la oposición como un reto, di que no, sé agradecido, ríete. Pero ríete de verdad, con el tipo de risa en la que participan los ojos. Así la gente se te resistirá menos y encima reduces el estrés.

Mantén un cuerpo y una mente sanos, come superalimentos y aguacates, practica deporte, haz yoga y 'mindfulness', aprende a controlar tu ira y tus miedos, elabora un plan y ajústate a él, busca tiempo para la espontaneidad, haz algo que te asuste cada día, 'carpe diem', 'memento mori'. ¡Porque tú puedes, sí puedes, trágate ese sapo, sé feliz, que nada te importe una mierda y piensa diferente! Tal y como dicen los anuncios: todo es inspiración, motivación, empoderamiento. Tal y como dicen los anuncios, el problema siempre es tuyo. 'Think Different', 'Dream Crazy', 'Impossible is Nothing': lo único que te detiene eres tú mismo. Olvídate de los productos, olvídate de cómo están hechos, olvídate del mundo a tu alrededor y de las estructuras políticas y socioeconómicas que lo rigen. En vez de eso, trágate el sueño neoliberal en el que todo recae sobre ti. Sí, solo sobre ti. Mantente siempre en la cima, aunque te caigas. "Cree en algo, incluso si eso significa sacrificarlo todo".

Y siempre es preferible hacerlo con una sonrisa.  Y acabas pensando que tú eres el problema. Es culpa tuya que no seas feliz, que no tengas éxito y que poco a poco estés más cerca del desgaste profesional. Hemos aterrizado en una forma fácil de pensar. Los niños también se culpan a sí mismos de todo, ya sea del divorcio de sus padres o del acoso escolar. Al final, te has tragado el mensaje de la "húmeda sumisión". Por eso te has hecho una cuenta en Headspace. Una pulserita te cuenta los pasos, una aplicación te mide el sueño. En el supermercado, ignoras las caras enfadadas. Si tu jefe te maltrata, te convences a ti mismo de que él seguramente también lo esté pasando mal. Ah, y llevas un diario de gratitud. No es autoayuda, no, lo llamas autocuidado. Lo haces por amor propio. Lo haces porque sientes que las cosas podrían ser mejores, porque debe de haber algo más que esto. Pero lo que la industria de la autoayuda ofrece, a fin de cuentas, no es más que un montón de trucos, colchones y ‘consejitos del día’ que te enseñan a aguantar más. Todo para que participes mejor en este juego y te olvides de lo incomprensible que es el mundo en realidad. Para que aprendas a gestionar tu ira y tus miedos mientras aguantas lo inaguantable.

Iñaki Domínguez 

Cómo ser feliz a martillazos: Un manual de antiayuda

La autoayuda que nos bombardea por doquier hace de los pensamientos y las actitudes personales la fuente del cambio. El presente libro, sin embargo, aboga por la acción, su opuesto natural, y representa la antítesis de la autoayuda: busca la transformación del yo a través del no-pensamiento, impulsividad dirigida hacia el mundo, y en el mundo. Solo anulando el recalcitrante, narcisista y obsesivo pensamiento autorreferencial y apostando por transformar la realidad podremos, en el proceso, transformarnos a nosotros mismos.

https://culturacolectiva.com/letras/por-que-gustan-los-libros-de-superacion-personal

domingo, 19 de septiembre de 2021

Una historia sobre el tonto del pueblo

Ha muerto Mario Camus y ayer volvieron a poner en televisión Los santos inocentes, una de sus mejores películas basada en el libro de Miguel Delibes. Un ejemplo en la literatura del arquetipo del tonto del pueblo es el personaje de Azarías que finalmente mata al señorito Iván. Javier Pérez Escohotado* en su prólogo a una edición del libro lo explica así: «Sin duda el tirano está pagando por todos los abusos cometidos, pero la sutileza de Delibes está en concentrarlos en la muerte banal y gratuita del pájaro y dejar la venganza a la iniciativa del tonto Azarías. A esto es lo que yo llamo justicia poética (¡nada más lejos del realismo!), porque en Delibes no se vengan los pobres, sino los tontos y los ángeles».
Hace tiempo que encontré en internet una historia anónima que contaba mi padre sobre la división del mundo en tontos y listos y que él bordaba al recrearla con los diálogos en acento villenero ("Y ellos se creen que el tonto soy yo"). A mi se me caían las lágrimas de risa. La copio a continuación:

Se cuenta que en un localidad de interior, un grupo de personas se divertían con el tonto del pueblo, un pobre infeliz de poca inteligencia, que vivía haciendo pequeños mandados y limosnas. Diariamente algunos hombres llamaban al tonto al bar donde se reunían y le ofrecían escoger entre dos monedas: una de tamaño grande de 400 reales y otra de menor tamaño, pero de 2000 reales. Él siempre cogía la más grande y menos valiosa, lo que era motivo de risas para todos. Un día, alguien que observaba al grupo divertirse con el inocente hombre, le llamó aparte y le preguntó si todavía no había percibido que la moneda de mayor tamaño valía menos y este le respondió: Lo sé, no soy tan tonto, vale cinco veces menos, pero el día que escoja la otra, el jueguito acaba y no voy a ganar más mi moneda".

Esta historia podría concluir aquí, como un simple chiste, pero se pueden sacar varias conclusiones:

La primera: Quien parece tonto, no siempre lo es.

La segunda: ¿Cuáles eran los verdaderos tontos de la historia?

La tercera: Una ambición desmedida puede acabar cortando tu fuente de ingresos.

Pero la conclusión más interesante es: Podemos estar bien, aun cuando los otros no tengan una buena opinión sobre nosotros mismos. Por lo tanto, lo que importa no es lo que piensan de nosotros, sino lo que uno piensa de sí mismo.

"El verdadero hombre inteligente es el que aparenta ser tonto delante de un tonto que aparenta ser inteligente".

*https://elcuadernodigital.com/2021/04/29/todos-inocentes-pero-no-tontos-en-el-40-o-aniversario-de-los-santos-inocentes-de-miguel-delibes/

Para saber más:  Breve historia del tonto del pueblo