domingo, 22 de enero de 2017

Escenas cotidianas, Marina Díaz Cabrejas

Marina Díaz, profesora de teatro en el colegio Lourdes cuando estaba en activo y alumna cuando se ha jubilado, me ha dado permiso para publicar en mi blog Escenas cotidianas. La obra de teatro, registrada en la Sociedad de Autores, es un reflejo de su mirada observadora y crítica que lleva años luchando contra la sinrazón de las instituciones que provoca que lo fácil se vuelva difícil.  La pieza breve, dividida en monólogos y escenas, presenta divertidas situaciones surrealistas en las que las buenas personas son avasalladas por los prejuicios, la injusticia y la mala suerte. Me recuerda mucho al estilo de Luis Alonso de Santos y, al más lejano, de Carlos Arniches. Espero que pueda servir de ayuda a otros profesores.

Si hay algún error o errata en el texto, no hay que atribuírselo a la autora sino a una servidora que ha intentado condensarlo al máximo por si es fotocopiado.


sábado, 21 de enero de 2017

La pederastia en la literatura

 La literatura, esa es su grandeza, te acerca a la vida, a historias y a personajes que no tienen nada que ver con tu experiencia cotidiana y que solo conoces de oídas o por los periódicos. He leído este último mes dos libros sobrecogedores que tienen como tema principal la pederastia. El primero, la novela Tan poca vida de la escritora Hanya Yanagihara  y el segundo, Instrumental, el impactante libro de memorias del músico James Rhodes. Los dos se centran en las víctimas de tan horrenda lacra, en dos niños solitarios y sensibles que se convierten en presa de degenerados que les destrozan la vida y el cuerpo, creándose un vínculo extraño entre el abusado y el maltratador que les hace ser doblemente víctimas, tanto de los abusadores como de sí mismos. Y algunos de esos niños que no saben cómo defenderse ante el horror, rodeados de miedo y de silencio, acaban comportándose igual que sus maltratadores. No solo les destrozan la infancia contaminándoles sino también su futuro, serán incapaces de mantener relaciones amorosas mínimamente equilibradas. Para enmascarar su culpa se ofrecen a otros hombres, abusan del alcohol y las drogas o se autolesionan con cuchillas de afeitar. Buscan en el dolor el placer que se les ha negado de otra manera. En su biografía son comunes las curas de desintoxicación, los psiquiátricos y los hospitales, tras fallidos intentos de suicidio. La imagen de la portada de Tan poca vida es ilustradora, nos muestra a un joven atractivo que exhibe lo que parece ser una mueca de dolor y que en realidad pertenece a una serie del fotógrafo Peter Hujar sobre el amor y la lujuria y se llama 'Orgasmic Man'. Supongo que falta un libro que nos explique la degradada psicología del pederasta que pasó de victima a verdugo sin salir del colegio o de la iglesia donde creció.
Tan poca vida gira sobre la amistad masculina, el maltrato y la homosexualidad. Los protagonistas son cuatro amigos treintañeros de Nueva York, excompañeros de piso universitario  que pasarán de tener un escaso éxito laboral  a triunfar en sus profesiones: JB, un artista negro gay, Malcolm, arquitecto mestizo y niño de papá, Willem, un apuesto actor del Medio Oeste y Jude, un brillante y atormentado abogado. Pero el verdadero protagonista es Jude, víctima de espeluznantes abusos sexuales descritos con inusitada crudeza. La novela es desigual, algo maniquea (todos los personajes de la infancia del protagonista son demonios y los de su juventud, ángeles) y le sobran muchísimas páginas.
James Rhodes nos cuenta su trepidante historia en Instrumental, mezcla de exhibicionismo autocomplaciente, autoterapia y manual de ayuda, desde el principio cuando fue violado por su profesor de gimnasia: “Si comparásemos la vida con correr un maratón, los abusos sexuales en la infancia tendrían el efecto de quitarte una de las piernas y cargarte con una mochila llena de ladrillos en la línea de salida".  El pianista se salvó de sus demonios gracias a la música clásica y a los músicos que utilizaban la creación musical para huir de la locura: “Me violaron a los seis años, me internaron en un psiquiátrico. Fui drogadicto y alcohólico. Me intenté suicidar cinco veces. Perdí la custodia de mi hijo (…) Pero no voy a hablar de eso. Voy a hablar de música. Porque Bach me salvó la vida. Y yo amo la vida.” Es inolvidable la frase del comienzo: "La música clásica me la pone dura”.  Aconsejo leerlo mientras se oyen las sinfonías y sonatas que recomienda en un link en las primeras páginas de su libro.

jueves, 19 de enero de 2017

Tres días y una vida, Pierre Lemaitre


La novela retrata la trayectoria vital de un adolescente que, en un impredecible ataque de ira, mata a otro niño en un pequeño pueblo francés y debe cargar con el sentimiento de culpa el resto de sus días. Con esto no desvelo el misterio que ya aparece escrito en la contraportada, porque lo importante es que a partir de ahí se desarrolla una trama imprevisible con tintes de novela policíaca en la que influye el azar. La historia breve (por fin, una novela a la que no le sobran palabras ni páginas) tiene una estructura sencilla y brillante que te atrapa desde el primer instante.

lunes, 16 de enero de 2017

Localismos villeneros 2

Esta entrada ha sido uno de los daños colaterales de la desaparición de fotos. Hubo un error informático o mío, no sé, que hizo que esta entrada cambiara de título y pasara a ser Retratos de familia que apareció duplicada y la borré. Por lo tanto no hay rastro en ningún sitio de lo que escribí hace siete años y es imposible reconstruirlo, a no ser que alguien lo haya guardado en su ordenador. Recuerdo que la escribí después de que me regalaran el libro del eldense Pedro Maestre, El libro que Sandra Gavrilich quería que le escribiera, por mi cumpleaños. “Como el autor es casi de tu pueblo y transcurre en Malasaña…”, me dijeron. Escrito diez años después del premio Nadal, es una novela autobiográfica que describe la autodestrucción de una pareja. Pedro Maestre realizaba una semblanza de sí mismo donde se presentaba como un optimista triste y me recordó a algunos miembros de mi familia. El libro es perfectamente olvidable si no fuera porque utiliza algunas de las palabras, localismos de la zona de Alicante, que yo oía en mi casa pero que nadie entendía si las pronunciaba fuera. Y es que en mi pueblo, Villena, encrucijada de caminos y reconquistas, se habla un castellano plagado de arabismos, aragonismos, valencianismos y murcianismos. Incluso tenemos un diccionario realizado por José María Soler García.
Aquí pongo una muestra de estos localismos (solo los significados, no las etimologías, porque ese es otro cantar):

Alábega (albahaca), alcaucil (alcachofa), andolero (callejero), bajoca (judía verde), brocerías (golosinas), buzo (que come mucho), cabezaica (dormir un ratito), camal (pernera del pantalón), carlota (zanahoria),  closar (encajar), colfa (cáscara), companaje (fiambre), esfararse (resbalar), frescoreta (frío), gobanilla (muñeca), leja (balda), manifacero (entrometido),  mocho (escoba),  perigallo (escalera), peúque (calcetín de ganchillo para dormir),  pozal (cubo), revenido (rancio), rosigar (mordisquear), solaje (posos, sobras) ... 

Sin olvidarnos de la profusión del sufijo -ico. Otra curiosidad, el anís típico de Villena se llama KATAKI: su nombre proviene de la expresión villenense ¡cata'quí! (literalmente "mira aquí"). 



jueves, 5 de enero de 2017

Calendario literario (enero 2017) de Juan Bautista

He tenido la gran suerte de que Juan Bautista me haya regalado por reyes el calendario literario de enero del 2017 que ha elaborado con gran trabajo y mucho gusto. Para aprender, para recordar, para utilizarlo en las clases, para enviárselo a los amigos...
Se puede imprimir y clavar en un corcho. Esperaremos las próximas entregas.
Hay que pinchar en el enlace y debajo de cada escritor para acceder a la información audiovisual.

https://docs.google.com/document/d/1YDCjk_caK5OXVa3IkvhWOc6E1FFTDfioQKWjar5o1r8/edit?usp=sharing