domingo, 1 de diciembre de 2013

Palabras maltratadas

Las palabras maltratadas del español, artículo del periódico 20 minutos

Novelas fallidas


Hoy me toca hablar de las últimas novelas que he leído, a  las que califico de fallidas no sé bien por qué. Algunas están escritas por buenos escritores, los temas a priori son interesantes, son ambiciosas con algunos diálogos interesantes, con un planteamiento admirable, pero que no enganchan al lector, nunca formarán parte ni de las más vendidas ni de las mejor escritas. Yo las depositaré en el cajón del olvido. Como lectora compulsiva que soy, las clasifico a continuación en tres grupos:
a) Buenas, pero con la sensación de haberlas leído ya antes:
- El hombre discreto de Vargas Llosa. Interesante por la técnica que enlaza diferentes díalogos, pero que no aporta nada nuevo a la extraordinaria trayectoria del autor y que nos recuerda demasiado a obras anteriores.
-Las lágrimas de san Lorenzo de Julio Llamazares
-Inés del alma mía de Isabel Allende
b) Aburridas
- La señorita Harriet de Natalia Sanmartín
-La mujer que llora de Zoe Valdés
- La berlina de Prim de Iam Gibson
- La nieta de la maharani de Maha Akhtar
-Las chicas de Riad de Rajaa Alsanea
c) Totalmente fallidas, he dejado de leerlas a la mitad:
- El camino del mozárabe de Jesús Sánchez Adalid
-Dispara que ya estoy muerto de Julia Navarro

domingo, 24 de noviembre de 2013

Coplas por la enseñanza pública

domingo, 3 de noviembre de 2013

Prohibir lecturas


Interesante artículo de Juan Cruz publicado por El País,

Prohibir un libro es invitar a leerlo


Errata



Donde dijo Cicerón: “Si junto a la biblioteca tienes un jardín, no te faltará de nada”, dijo Diego: “Si la biblioteca está cerrada y el jardín talado, tendrás un gimnasio”.

sábado, 2 de noviembre de 2013

Sola ante el peligro


 Un voto negativo frente a cincuenta a favor.  Este harakiri  incruento  lo hice por coherencia en el claustro. No deberíamos votar lo que es injusto y perjudica a la comunidad escolar. No se puede escribir en el proyecto del centro que se está a favor del fomento de la lectura y no haber contemplado el servicio de préstamo de la biblioteca, necesario cuando la mayoría de nuestros alumnos no tienen dinero para comprar  libros. Tampoco se pueden aprobar unos horarios escupidos por el ordenador, irregulares, descompensados y cargados de horas, que impiden desarrollar la calidad de la enseñanza. Con ellos se da una vuelta de tuerca más al desmantelamiento de la enseñanza pública.


P.D.: Cuando me jubilé, después de cinco años en el instituto (15/10/2014),  no recibí  por parte de la dirección ni una mención, ni un ramo de flores, como se había hecho con otros compañeros que habían estado menos tiempo. Menos mal que mis compañeros sí estuvieron a la altura de las circunstancias.  

Chema, loco de la vida

Ana iba, como siempre. corriendo cuando se tropezó con él en una esquina de la Gran Vía. Se quedó tan helada que no supo reaccionar. Un hombre que no pedía dinero, de unos sesenta años, con  bigotes pelirrojos y gafas de montura redonda, estaba sentado inmóvil mirando al vacío, a su lado había una multitud de bolsas. Inmediatamente se acordó de ese chico moreno, Chema, fibroso y delgado con boina a lo Ché Guevara, que ocultaba una calva incipiente. Nunca supo por qué apareció de repente entre el grupo de compañeros de la facultad en la feria de San Isidro, ni por qué se arrimó a ella como a ese cachorro de perro que llevaba en sus brazos. Hablaba poco, arrastraba oscuras historias del pasado en tierras de Cuenca, no tenía ocupación alguna ni domicilio conocido. Ana pasó de sentirse halagada por ser la elegida a sentirse acosada por ese ser hermético que parecía sentirse feliz a su lado sobre todo cuando la besaba. Esos besos a ella le sabían raros, a desequilibrio mental y a soledad. Un día casi se matan en el parque del Oeste porque no se dieron cuenta de que había una escalera y la bajaron prácticamente volando. Otro tuvo que echarle de casa porque no se iba. Al día siguiente algunos vecinos dijeron que había un hombre sospechoso que había pasado la noche en la escalera. Empezaban los exámenes y tenía que estudiar, lo dejó plantado en el metro de Banco de España. No quiero volver a verte, esta historia ha llegado a su fin. Chema se quedó inmóvil, con el alma partida, viendo como desaparecía.