miércoles, 29 de diciembre de 2021

Los balnearios de la playa del Postiguet (Alicante)


    
 De Madrid vino un Almirante

llamado Guillermo Delicias
tuvo relaciones con Rosa Florida
perdió la Confianza
y se caso con Estrella.
Tuvieron tres hijas
que fueron Alhambra,
Diana y Alianza.

(Poema Tradicional Alicantino sobre los Balnearios del Postiguet)

 

Ferrocarril y baños fueron dos conceptos modernos y, en cierta medida, interdependientes. El ferrocarril era la imagen del progreso, de la velocidad, de la exactitud, de la movilidad, de una nueva forma de viajar a destinos desconocidos; el baño de mar era sinónimo de salud, de higiene, de deporte, esparcimiento y relación social. A partir de 1830, tras la aparición del ferrocarril en Europa, todas las compañías explotadoras de Caminos de Hierro ofertan viajes directos a las estaciones balnearias. Incluso las típicas Guías de Ferrocarril, que nos dan una visión rápida de las ciudades y monumentos de las poblaciones que atraviesan, nunca dejaban de citar estos establecimientos. Alicante fue la primera ciudad costera comunicada por ferrocarril con la capital española (1858), lo que supuso el inicio de la actividad turística en la zona, la nueva apertura al mar y la proliferación de los balnearios. Neptuno, La Alianza, Diana, Las Delicias, eran algunos de los nombres de las populares casas de baños a las que los turistas acudían para alojarse y disfrutar de sus días en la playa. Gracias a la crónica que envió un turista inglés al diario Times, sabemos que el bullicio comenzaba desde bien temprano, que para acceder al baño existía una separación entre zona para hombres y zona para mujeres, o, que tras la comida, todo el mundo aprovechaba para descansar y echarse la siesta. Los balnearios mantuvieron todo su esplendor hasta 1938, cuando varias bombas los destruyeron, reduciéndolos a simples pilares de madera sobre la playa. Solamente dos de ellos volvieron a resurgir de sus cenizas: La Alianza y La Alhambra. Ambos continuaron en funcionamiento hasta 1969, año en el que fueron expropiados por el Ayuntamiento debido a las remodelaciones de la zona.


Las casas de baños consistían en sencillas construcciones en madera de una planta, que se adentraban en el mar a modo de plataformas cubiertas sobre pilotes enclavados en el lecho marino. Solían tener distribuciones similares, bien con planta longitudinal y largos corredores en torno a un hueco central, al que volcaban las estancias independientes para el baño, o bien con planta en forma de cruz. Se montaban para la temporada de baños y se retiraban cuando la época estival llegaba a su fin. Ofrecían al bañista todo tipo de servicios, no solo para la puesta en práctica de la talasoterapia, sino también para amenizar las horas de asueto. En torno a estos establecimientos se desarrollaron toda una serie de actividades complementarias que modificaron la fachada marítima de la ciudad. Se abrieron nuevos hoteles y restaurantes para dar servicio a los visitantes y se realizaban conciertos, ferias o teatros al aire libre para amenizar el tiempo de ocio una vez acabada la hora del baño. 

En la postal de la derecha se puede ver lo que quedaban de los balnearios a principios de los años 60 del siglo pasado. Debía tener seis o siete años cuando acudí con mi familia a uno de ellos, las chicas nos cambiamos en un pequeño vestuario y nos tiramos al mar por una estrecha escalera. Recuerdo la extraña sensación que tuve al meterme en el agua turbia llena de algas que se adherían a mi bañador  como si fuesen sanguijuelas. Acostumbrada a bañarme en playas abiertas y piscinas, la experiencia no me resultó agradable. No repetimos. 

Después acudimos al Hotel Palas para saborear los famosos canelones, rito que mantuvimos hasta la muerte de mi padre. Sin duda, la playa del Postiguet ganó en limpieza y amplitud sin los entramados de madera. 

Alicante tuvo el primer tren y los primeros balnearios, un turismo popular que viajaba con un botijo convirtió a la ciudad en la llamada playa de Madrid. Los medios económicos de estos viajeros no estaban a la altura de los de los balnearios de las playas del norte, frecuentados por la alta burguesía y la nobleza.

Para terminar este viaje entretenido en torno al tren que ha durado un mes, vuelvo a los inicios y me permito incluir un folleto (tren+balnearios) de los Caminos de Hierro del Norte de España con su hermosa estrella roja. 

martes, 28 de diciembre de 2021

Cierre nostálgico de la papelería Salazar y la librería Pérgamo


Hay paseos que se convierten en cortejos fúnebres. El paseante  acaba en una fila-covid a metro y medio de distancia de los otros feligreses para despedirse del difunto mientras se liquidan las últimas existencias de la casa. 

Mi madre, que este diciembre hubiese cumplido 100 años, se fue despidiendo poco a poco de sus ciudades favoritas ( Madrid y Alicante) porque no las reconocía, se perdía en ellas, las tiendas de toda la vida habían desaparecido y las calles se habían mimetizado gracias a las franquicias de nombres exóticos. Hay que huir y librarse de la melancolía que nos invade a medida que nos vamos haciendo mayores, el pasado no va a volver, el futuro nos seguirá sorprendiendo. La continua renovación que imponen los nuevos tiempos, el capitalismo impío, la interminable covid y la falta de relevo generacional están acabando con los viejos comercios que ya no son rentables. En apenas seis meses han echado el cierre en Madrid dos negocios gemelos regentados por mujeres: la href="https://www.eldiario.es/madrid/somos/chamberi/cierra-salazar-la-papeleria-mas-antigua-de-madrid_1_6407272.html">Papelería Salazar

(Luchana, 7-9) fue la primera en desaparecer.  Fernanda y Ana, biznietas de la fundadora,  pusieron fin a una saga familiar de cuatro generaciones atendiendo al público del barrio en el que ahora las franquicias y los comercios de todo a un euro copan el mercado de papelería. Su bisabuela Quintina abrió en 1905 un estanco en el que también despachaba productos de escritorio, un área que fue ganando peso hasta que en 1929 se convirtió en papelería. En la posguerra se reunía por las tardes a una tertulia de abogados, militares y curas que se sentaban en la misma tienda, porque los comercios siempre tuvieron sillas para sus clientes, ya que no se concebía la vida con tantas prisas como llevamos hoy. En los años cincuenta se añadió al local una imprenta.

Carlos Osorio y Álvaro Benitez, http://lastiendasdemadrid.blogspot.com/

Jorge Fernández, Salazar 

*En el vídeo anterior hay una equivocación, la placa con la que el Ayuntamiento de Madrid homenajea a los establecimientos centenarios fue realizada por el artista Antonio Mingote, no es una placa de "lingote", sino de Mingote. 

La librería Pérgamo, ahora escondida entre las últimas propuestas de las grandes marcas de la moda de lujo, fue inaugurada en 1945 en pleno barrio de Salamanca (General Oráa, 24), El nombre lo escogió el fundador, Raúl Serrano Vázquez, catedrático de Derecho, fundador de la Juventud Comunista de Aragón y represaliado por la dictadura de Franco; alude a la antigua ciudad griega de Pérgamo (actual Turquía), lugar que albergaba la mayor biblioteca hasta que fue desbancada de ese primer puesto por la de Alejandría. Sus dueñas, las hermanas Lourdes y Ana Serrano, cierran el negocio que abrieron sus padres: “Estamos muy cansadas, y cada vez se vende menos”

sábado, 25 de diciembre de 2021

Orígenes del turismo popular: El "Tren botijo" Madrid- Alicante (1893-1927)


A veces tengo la sensación de que todo está inventado para bien o para mal, la lectura del reportaje, Viaje relámpago de Madrid a Benidorm con el bus playero de los latinos, que nos acerca a los viajes económicos de ida y vuelta en un solo día  para disfrutar la playa sin gastar mucho, me ha hecho recordar el "Tren Botijo". A finales del siglo XIX la costumbre de veranear fue calando entre las clases populares de Madrid. El periodista Ramiro Mestre Martínez creó lo que algunos han denominado la primera agencia de viajes al organizar de 1893 a 1917 un servicio especial de trenes a Alicante, los bautizó como "Botijo expreso" porque los usuarios solían complementar su equipaje con botijos para combatir la sed y el calor durante el viaje y a sus viajeros los nombró miembros de la "orden botijil". Como redactor del diario La Correspondencia, narró en sus crónicas las incidencias del viaje Madrid-Alicante. Una vez en la estación, eran recogidos por los carruajes de los diferentes balnearios delEntonces, el trayecto se prolongaba alrededor de 20 horas y eran utilizados por unos 30.000 viajeros por año. Aunque más adelante hubo trenes-botijo con destino a distintas ciudades, el primero y el que dio nombre a todos los demás fue el de Alicante.


De la segunda expedición de 1893, Mestre Martínez hace un ameno relato publicado en varios días a partir del lunes 4 de septiembre de 1893:

DESDE MADRID A ALICANTE
ó
El segundo tren botijo
"¡Llegó el venturoso día!
Se aproxima el momento histórico en que centenares de hijos del pueblo, de entusiasmo henchidos, van a ser empaquetados y esperan disfrutar de las múltiples delicias que ha de ofrecer el tren botijo, o sea de recreo.
La compañía del ferrocarril de Madrid a Zaragoza y a Alicante, al fijar a mediados del pasado mes, en los puntos céntricos de Madrid, el anuncio de estos viajes, fijando el tan inverosímil o misterioso precio de 12 pesetas,..., puede decir ciertamente que ha conseguido levantar de cascos a multitud de familias, las cuales jamás pudieron creer habrían de visitar otro puerto que el del proceloso Manzanares, o a lo sumo el de la Virgen del Puerto. 
El entusiasmo de las gentes por trasladarse a la playa alicantina, ha subido de punto, desde que los viajeros que constituyeron la primera hornada que se coció el 20 del mes último, regresaron hace tres días a Madrid, y han expuesto a sus convecinos sus impresiones de viaje, hablándoles de ¡la mar!.
Y que el entusiasmo cunde por este viaje archi-botijo, lo declara la siguiente copla que ha tomado carta de naturaleza, desde hace unos días, en los barrios de la Inclusa, cuya copla ha sacado de su cabeza el leído Porrete , tan popular en el barrio de Cabestreros. Hela aquí:
 Quien no viajó en tren botijo
ni tuvo juerga en su calle
ni lo quiso una morena,...
ha venido al mundo en balde."

... el capricho (los que gocen excelente salud) de suponer padecen de jaqueca, reuma o ataques nerviosos, haciéndose así la ilusión de la imperiosa necesidad que tienen de distraer las doce pesetas para remojar su físico en el mar alicantino.
¡Ya no hay clases!
Todas las personas de cualquier condición que sean pueden permitirse el lujo de imaginarse enfermas.



Para saber más:

Revista Blanco y negro 


miércoles, 22 de diciembre de 2021

Aleluyas de la lotería

Antonio Lorenzo, una vez más gracias por tu admirable blog Almanaque, Gran idea es, a fe mía, esta de la lotería.



No creo que sea la única española que no juegue este año a la lotería, pero me llama la atención la de gente que deposita sus ilusiones en la esquiva suerte. Gran idea del Estado para conseguir ingresos. En las Cortes de Cádiz se instauró la Lotería Nacional y con ella el Sorteo de la Navidad.  

martes, 21 de diciembre de 2021

Llegó la Navidad con la felicitación de Peter Hassell (Baubles)

 Ayer, a las 21,21 del martes 21 de del 2021 del siglo XXI, llegaron los mazapanes de Gracia, la felicitación de Peter y el villancico de Juan Bautista. Doy por comenzada la Navidad. Esta vez la felicitación de Peter ha sido doble e insuperable: 





El Chicharra, desaparecido tren de vía estrecha de la VAY (Villena, Alcoy, Yecla)

En verde el recorrido del tren

Como hemos visto en el vídeo Villena y el ferrocarril de la entrada anterior, de esta estación partía también un tren de vía estrecha de mercancías y viajeros: el VAY, llamado popularmente "Chicharra" (en valenciano, "Xixarra") por el ruido que hacía, el polvo que levantaba y lo despacio que iba. La importancia que el Chicharra tuvo en el desarrollo económico y social de Villena y los pueblos por donde circulaba fue extraordinaria; se generó riqueza fomentando el transporte, el comercio y el empleo en las comarcas valencianas y murcianas desde 1884 hasta 1969. Nació para dar salida a determinados productos industriales y agrícolas abriendo una importante vía de comunicación trasversal que llegaba hasta el mar. 

 El tren VAY fue un proyecto de la Compañía de Trenes Vecinales a vapor, para unir la huerta alicantina con la ciudad, su recorrido comprendía 134 kilómetros, uniendo las localidades Alcoy, Villena, Yecla, Jumilla y Cieza. con las dos importantes líneas ferroviarias de Madrid-Alicante de MZA en Villena y la de Almansa a Valencia, ya en propiedad de la Compañía del Norte, en Alcudia. El primer tramo construido fue el de Villena a Banyeres y el segundo el de Banyeres a Bocairent en 1885. En 1887 se alcanzó Yecla desde Villena. Incluso se instauró un servicio combinado de diligencia entre Banyeres y Alcoy hasta que el ferrocarril pudiera llegar a esta ciudad. Sólo llegó a Muro, el otro tramo, entre Muro y Alcoi pertenecía al ferrocarril de Gandía a Alcoy, regido en un principio por la compañía The Alcoy Gandía and Harbour Railway Co.Ltd. fue llamado el Tren de los ingleses.

Los primeros años sesenta fueron críticos porque tenía que competir con el automóvil. En 1965, FEVE (Ferrocarriles Españoles de Vía Estrecha) se hizo cargo del ferrocarril, mantuvo los mismos servicios y vehículos pero efectuó muy pocas labores de mantenimiento. El Gobierno decidió su clausura en febrero de 1969. Actualmente, varios tramos del recorrido del ferrocarril de vía estrecha de esta zona han sido reconvertidos en vía verde para el tránsito peatonal y ciclista y existe un proyecto de museo que están promoviendo en Villena. 

Los villeneros que viajaron en él siempre lo han recordado con nostalgia y diversión. Cuentan numerosas anécdotas de esos viajes, por ejemplo, que el tren carecía de retretes, los pasajeros debían hacer sus necesidades en las estaciones que estaban muy cercanas unas de otras y los maquinistas esperaban el tiempo oportuno para que los viajeros pudiesen seguir su viaje más tranquilos y sosegados. A veces iba tan despacio que aprovechaban para dar un paseo por las vías. También que en verano se achicharraban, además hablaban tanto entre ellos que parecían chicharras. 

La locomotora de vapor y los coches -conocidos como autovías- habían sido construidos en Alemania en 1883, tenían un aire romántico con balconcillos para ver el paisaje. Los asientos de madera (luego tapizados en skay o polipiel) eran incómodos y con los años resultaron poco prácticos. Después toda la maquinaria se construiría artesanalmente en los talleres situados Villena. La empresa llegó a tener casi 200 trabajadores.

El Chicharra de poca potencia, modesto, incómodo y casi autosuficiente, no es muy conocido fuera de las comarcas que recorría con su ruido estridulante. Su vida fue breve como la de todas las cigarras, apenas 85 años. La única transformación de este insecto hemíptero fue pasar del vapor a la automoción mecánica, de la madera al metal. Pero dejo su impronta en las gentes de la zona que son tan emprendedoras como alegres y habladoras.

La cercanía y las relaciones personales que se establecían en este ferrocarril nada tienen que ver con la nueva estación del AVE de Villena (junio, 2013), un promontorio en medio de la nada. Alrededor solo hay bancales y tres caminos forestales por los que los viajeros se pierden antes de llegar a su destino.

 
El tesorero de la Asociación de Amigos del Chicharra de Villena, Juan Milán, cuenta los últimos día de La VAY.

Después de la presentación, las primeras imágenes de la película de Jesús Franco, El conde Drácula (1.970), están rodadas en la estación del ferrocarril la VAY de Villena en 1969.


Video del documental "Spanish narrow gauge steam" grabado por el inglés Geoff Todd en la breve vía hermana de Alcoy-Gandía (Primavera de 1967).


viernes, 17 de diciembre de 2021

Estación de Villena (Compañía de Ferrocarriles MZA)


Soy nieta y bisnieta de ferroviarios. así que tengo el gen de la puntualidad metido en la sangre. Mis primeros recuerdos del tren se remontan a los años 60, cuando toda la familia iba a pasar el verano en Villena. No teníamos casa, nos dividíamos entre los Bravo y los Caturla para poder dormir. Dábamos la lata, pero no había forma de cambiar la costumbre. Los trenes entonces eran de carbón y el expreso nocturno, que llevaba el correo, tardaba horas en llegar, porque paraba en todas las estaciones. A la llegada nos encontrábamos a toda la familia esperándonos como si viviésemos a mil kilómetros. Recuerdo mi cara y mi pelo llenos de hollín. A la vuelta a Madrid, mi abuelo nos llevaba con una hora de antelación a la estación porque así presumía ante sus amigos de su familia. Mientras él disfrutaba, los cuatro, llenos de maletas, bultos y polvorones, aguantábamos cómo podíamos la espera interminable en el andén. Recuerdo los nervios de mis padres ante la dificultad de dar con el tren y el compartimento por pasillos atestados de gente de pie. Viajar en tren, por los caminos de hierro, era toda una aventura. 

La Compañía de Ferrocarriles MZA fue una de las grandes compañías ferroviarias españolas junto a la del Norte. Las dos compañías rivales acabaron juntas en 1941, cuando se decretó la nacionalización de todos los ferrocarriles de vía ancha. MZA fue creada  en 1856, participaron en su capital la Banca Rothschild, el Grand Central francés y el Marqués de Salamanca. La construcción de este ferrocarril se divide en tres partes, comenzando por la inauguración del Ferrocarril Madrid-Aranjuez en 1851 y la prolongación posterior hasta Almansa y, más tarde hacia Alicante, financiadas y construidas por José de Salamanca Mayol. Las dos otras importantes líneas ferroviarias fueron la de Madrid-Zaragoza y la de Córdoba-Sevilla. La estación de Villena se inauguró en 1858, en el viaje inaugural viajó la reina Isabel II, que realizó un pequeño descanso en la ciudad, para lo que se habilitó el Paseo de la Reina, actual Paseo de Ruperto Chapí. El edificio, de segunda clase, se ha conservado casi sin modificar hasta la actualidad. 

A mi abuelo Emilio Cuéllar de la Torre, hijo de jefe de estación,  que trabajó como revisor en la Compañía de Ferrocarriles MZA (Madrid-Zaragoza-Alicante) antes de casarse en Villena con mi abuela Ángeles Caturla, le hubiese gustado el trabajo de José Francisco Pascual del colegio Nuestra Señora de los Dolores: Historia del ferrocarril: Villena y la reina Isabel II.

El  interesante artículo (El ferrocarril Madrid-Alicante) de Gonzalo Roger incluye un reportaje del escritor Pedro Antonio de Alarcón con sus impresiones personales sobre la inauguración del  F. C. Madrid-Alicante.

Jean Laurent, el fotógrafo francés que retrató la España del siglo XIX, también fotografió la línea Madrid-Alicante en 1858. El álbum ferroviario titulado “Camino de hierro de Madrid a Alicante. Vistas principales de la línea” sería uno de los primeros álbumes de fotografía ferroviaria. En este álbum se recogen diferentes vistas en la que se combina imágenes de algunas de las principales ciudades que atraviesa la línea como, Madrid, Aranjuez, Villena, Elda, Sax o Alicante, con otras de infraestructuras ferroviarias como el puente sobre el Jarama, los puentes sobre el Tajo, ambos en Aranjuez, el puente y el túnel de Elda, el castillo y la estación de Sax o el puente metálico en Monóvar.

 En la imagen inferior se puede ver a su ayudante en el carruaje- laboratorio que utilizaban para preparar y revelar las placas de vidrio al colodión en 1872 en sus viajes por España.