viernes, 15 de mayo de 2015

Te dejo es jódete al revés, Purificación García

Te dejo es jódete al revés (2012) me lo recomendó Angeloxo hace un par de años y asombrada por su título, casi un palíndromo que rezuma verdad, lo leí entretenida, divertida y, por qué no decirlo,  un poco envidiosa. La autora, señorita Puri, empezó de bloguera y ha terminado escribiendo dos libros. No me extraña, con su verborrea digna del Club de la Comedia o de Manolito Gafotas, contagia alegría de vivir por los cuatro costados, es capaz de sobrevivir con sentido del humor a todas las desgracias cotidianas que nos acechan. Me gustó sobre todo la primera parte, no tanto la segunda que me resultó algo empalagosa, escrita con el subidón de hormonas de la maternidad.. 
Lo recomiendo para estos días calurosos que se avecinan, con una cerveza muy fría en la mano. Y se lo regalaría, si me hubiese atrevido a pasar por su librería, al escritor José María Mijangos, para que incluya al personaje en alguna novela suya.

“Respecto a la foto, ni de broma. "Si me sacan de espaldas se pierde la magia del anonimato, no me ponen cara, pero me ponen culo, que es peor (porque no tengo el de las mamachicho). Dejemos que la gente viva con la fantasía, porque si les decimos que los reyes magos son los padres y que compran los juguetes en el Lidl los conviertes en carne de psicólogo para los restos. Y, sobre todo, en el trabajo no saben que utilizo los ordenadores para hacer un blog y me la puedo jugar y con la reforma laboral se lía la mundial. Como dijo Aznar: you know now. Un besito".

Su blog se llama Señorita Puri, acuda a la caja 7

martes, 12 de mayo de 2015

Pesapersonas el Gordo y el Flaco

 En Tánger, en el boulevard  Pasteur, en un consultorio telefónico rodeado de fotocopiadoras, me encontré con esta báscula de monedas,  modelo años 50, que tiene la peculiaridad de presentar la imagen de El Gordo y El flaco como reclamo.

Como, en vez de locutorio, puse consultorio, me ha llegado el siguiente mensaje:
"Un hallazgo lo de la báscula, digno del Celtiberia show de Carandell por afinidad norteafricana del Protectorado. Lo del "consultorio telefónico" no queda claro si es por locutorio o si realmente allí se hacen consultas por medio del teléfono, o sobre teléfonos. Suena también al "Consultorio radiofónico de Marta Regina", antecedente de la Sra Francis."

Aleluyas para estudiar la vida y obra de los escritores

Pongo como ejemplo estas «Aleluyas de Pío Baroja» que se distribuyeron como encarte del número monográfico de la revista Índice (número 70-71, enero-febrero de 1954). Imitaban las aleluyas impresas, tan populares en los siglos XVIII y XIX, que vendían los buhoneros y recogían toda clase de noticias, acontecimientos o informaciones. Su autor Eduardo Vicente (1009-1968) que había participado en las Misiones Pedagógicas , fue un descubrimiento de Eugenio D´Ors y uno de los primeros componentes de la llamada “Escuela de Madrid”. Se le recuerda sobre todo, por sus estilizadas y certeras imágenes de la ciudad, dibujadas a tinta y con leves fondo de acuarela.
Pío Baroja, Jose-Carlos Mainer, Taurus (2012).
La primera imagen es la que he encontrado en google. La segunda está escaneada del libro El Madrid de La Busca, publicación del Ayuntamiento de Madrid, 1987; si se agranda la imagen se puede ver un poco mejor.









viernes, 8 de mayo de 2015

Lilith, la primera feminista de la creación

Fausto.- ¿Quién es esa?
Mefistófeles.- Mírala bien. Es Lilith.
Fausto.- ¿Quién?
Mefistófeles.- La primera mujer de Adán. Guárdate de su hermosa cabellera, la única gala que luce. Cuando con ella atrapa a un joven no lo suelta fácilmente.
(Goethe, Fausto)
Lilith es una diablesa posiblemente de origen asirio-babilónico, que pasó a tener una posición relevante en la demonología hebraica.  Originalmente, en la tradición oriental, como princesa de los súcubos, fue, en primer lugar, una seductora y devoradora de hombres, a los que atacaba cuando estaban dormidos y solos. En segundo lugar fue un espíritu maligno que atacaba a las parturientas y a los recién nacidos.
En una versión transmutada de esta leyenda surge en un Midrás del siglo XII donde Lilith aparece como la primera compañera de Adán. Según esta tradición judía, Eva no fue la primera mujer de Adán ni tampoco la primera de la creación. Antes de Eva estuvo Lilith. Para el sexto día de la creación Dios ya había creado a Adán, incluso a todas las bestias, mas no a la mujer. Cuando Dios le presentó las bestias para que las nombrara, Adán se dio cuenta de que algo no cuadraba. Todas venían en pareja, un macho y una hembra por cada especie. Adán, que para entonces era un hombre hecho y derecho, copuló con cada una de las hembras en el que es tal vez el primer episodio conocido de zoofilia. Como no encontró satisfacción en el acto, le hizo el reclamo a Dios: cómo era que todas las criaturas tenían pareja menos él. Él, que era la obra cumbre de su creación. Dios remedió la injusticia creando a Lilith que fue formada del mismo modo que Adán. No a imagen y semejanza de Adán sino a imagen y semejanza de Dios. Y no sacándola de una costilla, como si fuera un humano de segunda generación, clon del modelo original, sino moldeándola con el mismo barro que había usado para crear a Adán,  era igual a Adán. Tal vez por eso nunca se llevaron bien. Dios, tan paciente con los desmanes de la libido de Adán que había fornicado con todos los animales, tan comprensivo que hasta le procuró una solución, no entendía de necesidades femeninas. A Lilit la condenó. Y su castigo fue hacer que murieran cien de sus hijos cada día. Desde entonces, dicen las tradiciones judías, Lilit se venga matando niños. Dicen. Y uno se la imagina vagando por los montes, despeinada y de blanco, traslúcida como un fantasma, lamentándose por sus hijos y preguntándose ¿Dónde están mis hijos? Uno se imagina que el alma en pena de la Llorona es Lilit, la primera feminista de la creación.
Pero entonces Dios, quizás para aliviarle el despecho a Adán que otra vez se había quedado solo, sacó a Eva de su costilla. Un ser humano de segunda generación y subsidiario del hombre, y al mismo tiempo tan perverso y dañino que fue capaz de perder a toda la humanidad. Y fue Eva quien dominó el concepto de mujer en el imaginario occidental.

Rosa Montero, Historias de mujeres

jueves, 7 de mayo de 2015

Juan Ramón Jiménez, un escritor al borde de la locura

La distinción entre la cordura y la locura es más estrecha que el filo de una navaja 
Philip K. Dick

En internet encontramos una lista de escritores al borde la locura, entre los que figuran Virginia Woolf, Paulo Coelho, Marqués de Sade, William Blake, Artaud,  Hölderlin, Leopoldo María Panero, Maupassant, Martín Adán, Gérard de Nerval. Podríamos añadir a Bukowski y William Burroughs y muchos más.  De alguno de ellos he hablado en El club de los escritores suicidas y Escritores alcohólicos y adictos.

Entre los escritores españoles, la figura que más me ha impactado ha sido la de Juan Ramón: "He sido niño, mujer y hombre; amo el orden en lo exterior y la inquietud en el espíritu; creo que hay dos cosas corrosivas: la sensualidad y la impaciencia; no fumo, no bebo vino, odio el café y los toros, la relijión y el militarismo, el acordeón y la pena de muerte; sé que he venido para hacer versos; no gusto de números; admiro a los filósofos, a los pintores, a los músicos, a los poetas; y, en fin, tengo mi frente en su idea y mi corazón en su sentimiento”. Estas palabras suponen el retrato de un antiespañol que tenía todos los números para que le ridiculizasen y se burlasen de él. Fuera de la melancolía que rezuman sus versos, nadie diría, si no lee su biografía,  que estuvo inclinado al suicidio, que sufría crisis nerviosas, tal vez fruto de su polaridad, que le hundían en la depresión. El neurasténico JRJ pasó largas temporadas en clínicas y balnearios, tenía la necesidad obsesiva de silencio y una tendencia al aislamiento que le hacía hosco y esquivo. 

"Mi peor necesidad es la del aislamiento absoluto de todo lo vivo, para mi trabajo, no para mi creación, que esa no es trabajo para mí (ya dije en un aforismo mío que sólo la creación vence el ruido de la Creación), sino para mi ordenación del caos porque necesito oír el Cosmos, cuyo ruido difuso y completo, como el de la vida, no me molesta. Nada que viva, una persona, un gato, una hormiga puedo tolerarlo mientras ordeno y vijilo mi instinto. Esta absoluta necesidad, sí o no absoluta, es lo que me ha hecho molestar más a mi familia, que siempre la tuve alarmada. Yo siempre he comprendido que los demás tuvieran las mismas necesidades de espacio y tiempo que yo, pero el hecho era inevitable. He mendigado el silencio, lo he impuesto, todo lo he concedido a mi destinada vocación, ya que creo que el mayor crimen del mundo es deformar una vocación".

"Yo nunca busco el defecto, lo encuentro en mí, en todos y en todo, pero me gusta el defecto, cuando es falta y no es sobra, no es ripio. Yo siempre veo la parte débil, fea o ridícula en mí y en los otros, como la parte bella. En conjunto me gusta mucho la sociedad de dos, de tres y, sobre todo, de uno. Más, no. Como los hombres son más parecidos a mí, prefiero las mujeres, los niños y todo el resto de la creación. Entre los que me gustan, soy alegre, triste entre los que no me gustan y triste cuando estoy solo. Lo que prefiero en la vida es la simpatía."

¿Qué hubiese sido de este escritor si no hubiese conocido a Zenobia? Él, como otros hombres, tuvo la suerte de encontrar a la compañera ideal de vida, una mujer inteligentísima, culta, vital, que se encargó de cuidarlo y de guiarlo, con un sentido práctico del que él carecía, por el tortuoso camino de la vida. Para ello tuvo que sacrificar su vocación literaria. Por lo menos, una vez muerta, JRJ lo supo reconocer:

“A Zenobia de mi alma, este último recuerdo de su Juan Ramón que la adoró como a la mujer más completa del mundo y no pudo hacerla feliz . Sin fuerza ya”


Sr.D.J.R.J.
‘‘Mi más querido amigo:
Está usted ya aburrido de que sus «compañeros» digan o escriban tonterías sobre usted y su vida, ¿verdad? Esa vida de usted que, según ellos, no es vida porque usted no va a la C. del H, ni a R, ni a las casas de prostitución.
Tiene usted razón. Le voy a contar a usted mi vida para que vea que se parece mucho a la de usted. Un día: Me levanto a las nueve. Hijiene. Desayuno. A mi terraza a saludar el día. A sonreír a mis flores, a regar, a ver las campanillas de anoche. Viene S.C.G. Conversación: Irlanda. Poetas irlandeses. Patagonia. Remonta: caballos. Dos horas de trabajo en mi cuaderno 6. Almuerzo con mi mujer y una amiga. Una hora de desechar papeles, libros, etcétera. Viene J.B. Me lee sus «Filólogos». Voy al Hotel Savoy, a visitar a las damas chilenas D.a A.L.N. y D.a L.L. de R. Conversación: Chile, Argentina, Poética, Literatura, vida social. Un largo paseo por la parte del Botánico, Museo, en una puesta de sol. Dos horas de trabajo de creación. Cena. Terraza. Disfrute del cielo estrellado, de la brisa. Dicto a máquina lo que he escrito antes. Una hora de lectura. Me acuesto a la una.
Otro día: Escribo dos cartas. Paseo por las afueras: Guindalera. Almuerzo con mi mujer en casa de M. con ellos y sus hijos. Desecho papeles. Voy a casa de B.P. a ver sus cuadros. A la imprenta, a gozar de la maquinaria. Paseo por Rosales, entre el pueblo. La librería. Dos horas de trabajo. Ceno en mi terraza con mi pensamiento. Me acuesto a la una y media.
Todo esto sobre la normalidad del amor pleno y junto a mi mujer fina, espiritual, graciosa, contenta, en una casa modesta y suficiente que me retiene, con sus butacas, sus librerías, sus mesas, sus grandes ventanas, sus biombos, sus flores.
Así soy feliz y así seguiría siéndolo por siglos aunque a ciertos poetones y poetitas les parezca poco o demasiado o... o... ¡Oh!
No voy a... a... a... porque no me gusta ir. Razones... de hijiene. Tengo que darle la mano a... ¿Qué hago yo con mis manos toda la tarde?
Me aburren mis compañeros. Prefiero jente estraña que me habla de otras cosas. Detesto la calle de Carretas, de La Montera, de Silva, de Jacometrezo. Además: detesto la cerveza, no me gusta el café, me fastidia el tabaco, no leo diarios, no sé de toros, de militares, de plumas estilográficas, de radiografías...’’
J. R. J.
[Carta de Juan Ramón a sí mismo,tomada de Poesía, revista ilustrada de información poética, nº 13-14, Invierno 1981-82. Ministerio de Cultura]

miércoles, 6 de mayo de 2015

Cantos de parida sefardíes, memoria de licenciatura, 1977


A veces hacemos cosas absurdas que nos llevan mucho trabajo y no sabemos si servirán para algo. Lo que viene a continuación es un ejemplo de ello. Me he empeñado en editar a mi manera en mi blog (espacio libre donde todo cabe porque yo hago todos los trabajos:  redactora, directora y editora) la memoria de licenciatura que presenté en la UCM en 1977 con el título de Cantos de parida sefardíes, conjunto de canciones  para velar a la madre y al niño en los ocho días que transcurren desde el nacimiento hasta la circuncisión. " ¡Menuda antigualla!, eso no le interesa a nadie", dirán los pocos lectores que tengo. Tenéis razón, lo es tanto por el tema como por el estilo de la redacción y la precaria edición. Pido disculpas, no supe hacerlo mejor. Además, las fotocopias que conservo no tienen suficiente calidad, presentan unas manchas sospechosas y algunas líneas son ilegibles. Pero el trabajo se quedó a medias y, tal vez, si algún interesado en estos temas lo encuentra, le sirva para ponerlo al día y completarlo. No pude hacerlo entonces porque me quedé esperando una beca de investigación que nunca llegó. 

Mi trabajo duró un año repleto de sinsabores. Recuerdo que en la exposición de la tesina fui felicitada por el tribunal que confesó habérselo pasado muy bien leyendo las costumbres sefardíes porque las desconocía. Les sorprendió el título Cantos de parida, porque lo asimilaron a despropósito o simpleza y se olvidaron de que se refería a una hembra que hacía poco tiempo que había parido. A ellos les hubiese gustado otro título que evitase las confusiones. Han pasado muchos años y ya no sorprende a nadie. Muchas de estas canciones han sido recogidas por grupos musicales y cantautores que las han dado a conocer a un público general, siempre minoritario, porque de la literatura sefardí no se habla en ningún libro de texto y no creo que los profesores de literatura española inviertan ni un minuto en explicarlas en clase.

La tesina pretendía ser una aproximación al estudio de estos cantos y presenta tres fases: Un breve resumen del marco folclórico en el que se desarrollaban y la ceremonia religiosas en que se cantaban; la recopilación de los distintos textos dispersos en colecciones de Oriente y Occidente; y, por último, la agrupación y clasificación de  textos.
Solo encontré 15 canciones diferentes, compuestas por autores cultos y de tradición popular,  la mayoría de ellas de la tradición oriental, con muchas variantes, lo que indica la popularidad que obtuvieron. Salvo excepciones, ninguna de ellas presenta, salvo en la métrica irregular con predominio del octosílabo,  una relación directa con las canciones españolas del mismo tema, por lo tanto son de creación sefardí. Tampoco hay relación entre la tradición de oriente y occidente,  lo que permite deducir que fueron compuestas con posterioridad a la expulsión. Los textos más antiguos corresponden a finales del s. XVIII y XIX.

José Manuel Pedrosa explica muy bien que la tradición sefardí " es en realidad una tradición viva en que lo hispánico viejo y moderno se mezcla con lo puramente sefardí y con lo que procede de otras tradiciones. Y de una forma muy original y característica, porque, para ingresar en la órbita sefardí, toda muestra de folclor foráneo debe pasar, como acabamos de ver con nuestra canción, por un proceso (que se ha llamado «de sefardización») de variación y de adaptación al léxico, poética y mundo de recurrencias culturales sefardíes".  Aporta también datos, desconocidos por mí entonces y muy importantes, que indican que la composición de estas canciones empezó antes de la expulsión:
"La inquisición manchega procesaba, por su parte, a un grupo de mujeres criptojudías que confesaban, entre otras cosas, cantar canciones «de parida» después de los alumbramientos de niños en su círculo social. Y las de Madrid y Cuenca arrancaban también a criptojudíos del siglo XVII canciones que debían estar muy difundidas entre ellos, como las de ¿Si es venido, no es venido el Mesías prometido? Que no es venido.
O bien la de Alegrías, ¡Pues no ha venido el Mesías! Yo tengo gusto en decillo pues el Mesías no ha venido.
Todo este espigueo de antecedentes documentales señala a los judíos españoles, a los criptojudíos del interior y a los primeros descendientes exiliados de judíos españoles como cultivadores, desde antiguo, de una literatura oral muy rica y variada. La continuidad e incluso la renovación y la ampliación de este repertorio en las comunidades sefardíes de Oriente y del norte de África que se ha producido hasta este mismo siglo XX seguro que confirmará esta impresión".



Para saber más:

domingo, 26 de abril de 2015

El próximo instituto: Abel Martínez

Abel Martínez ha sido abatido a la puerta de un aula por un alumno.  Yo también solicito que el próximo instituto que se construya lleve su nombre.

“EL MUNDO”, viernes 24 de abril de 2015
HOMENAJE A UN PROFESOR HÉROE
       Sr. Director:
            Se llamaba Abel Martínez, pero eso a casi nadie le interesa. Era, según dicen, de Lérida y tenía 35 años. Trabajaba como profesor de Historia en un instituto de Barcelona y murió en acto de servicio. Cayó abatido a la puerta de su aula, cuando acudía a poner orden en un incidente escolar. Fue muerto (¿podré decir asesinado?) por un estudiante incontrolado del que lo sabemos casi todo y por el que todo el mundo –desde jueces a periodistas, pasando por psicólogos y políticos- está muy preocupado. Nadie sabe nada (ni importa, al parecer) de Abel y su familia, de sus padres o hermanos, de su novia o tal vez de sus hijos.
                Era un profesor. Si hubiera sido un militar caído en lejanas tierras, habría ido a buscar su cadáver el ministro del ramo, se le habrían hecho honores de Estado y seguramente le habrían condecorado con distintivo rojo o amarillo, vaya usted a saber. Pero Abel era, simplemente, un profesor. Un profesor interino, para más inri. El primer docente muerto en las aulas en nuestro país no se merece el oprobioso silencio, el incomprensible ninguneo que le han dedicado los medios de comunicación. Así que solicito desde aquí que el próximo instituto que se inaugure en España lleve el nombre de Abel Martínez, y que se conceda al profesor leridano, a título póstumo, la Cruz de Alfonso X el Sabio.
                                                                                                Luis Azcárate Iriarte.  Pamplona


Abel Martínez Oliva fue un héroe, pues como tal murió. Estaba impartiendo su clase, junto a otra en la que escuchó un gran alboroto. Salió para intentar arreglar la situación y se lo pagaron matándolo de una puñalada en el abdomen. Si hubiera sido más egoísta y se hubiera escondido seguiría con nosotros. Todos los periódicos hablan del precoz homicida y de sus traumatizados compañeros. Yo me acuerdo de Abel. Él fue la verdadera víctima de este sinsentido. ¿Es que acaso una vida de 35 años vale menos que una de 13? Proteger a los menores no es darles carta blanca. Me resulta imposible asimilar que alguien cometa el peor de los crímenes, el homicidio; privar a otro de la vida, de todo, y que eso no tenga ninguna consecuencia penal. Abel tenía padres, familia, amigos, puede que pareja y muy bien podría haber tenido hijos. Ya no le queda nada. Su muerte quedará impune y se dirá que lo mató un menor, que lo mató un enfermo. ¡Qué socorrida resulta la enfermedad para explicar lo inexplicable! Enfermedad es el nuevo eufemismo de maldad. Y los profesores seguirán siendo la diana de adolescentes que no tienen nada que perder.— Javier Guijarro Martínez. Molina de Segura, Murcia.