domingo, 29 de agosto de 2010

El club de los escritores suicidas


La poesía es una actitud ante la vida y una solución frente a la muerte.
Ángel Guinda, Poesía y subversión, Manifiesto del 78

Escritores suicidas
Tradicionalmente se ha creído que había una relación directa entre el suicidio y la literatura, se pensaba que el genio artístico era una forma de desequilibrio mental hereditario. Pero las motivaciones del suicidio entre escritores son semejantes a las de cualquier mortal, lo único que cambia es su repercusión social. Lo que les otorga a la gran mayoría de los escritores suicidas un lugar en la historia es la calidad de sus obras, no la tragedia de sus vidas. Heine lo explicaba de una manera muy clara: “Todos somos mortales, bajamos a la tumba y después de nosotros queda la palabra”.
El suicidio es un tema más de la literatura como la muerte, el amor, el odio, la felicidad, el miedo, la tristeza, el deseo, la traición o la envidia. Ha interesado a los escritores que lo han llevado a sus propias carnes o a sus personajes (Shakespeare con Ofelia, Romeo y Julieta; Goethe, con el joven Werther; Tolstói, con Anna Karenina); y a los lectores, que tal vez por morbo, han querido saber cómo fue el último momento de sus escritores favoritos.
El suicidio considerado como una de las bellas artes
La liturgia del suicidio tiene toda la belleza formal que se le puede pedir a un creador. Los escritores que se autoinmolaron llevaron a cabo su misión de mil maneras posibles. Se ahorcaron, se tiraron por la ventana, se dieron un pistoletazo, ingirieron venenos, tomaron sobredosis de medicamentos, se ahogaron en el mar, abrieron el gas, se hicieron el harakiri. Algunas muertes ocurrieron de manera tal que la línea entre suicidio y accidente no queda muy clara. Unos alcanzaron la fama antes de suicidarse, otros la consiguieron después. Algunos se suicidaron en compañía de sus mujeres. Algunos tenían una enfermedad terminal, otros fueron reincidentes: lo intentaron varias veces. Algunos, incluso, dejaron algunas pistas en sus escritos sin que sus muertes se pudieran evitar. De muchos se dijo: “ demasiado pronto, demasiado joven”, se convirtieron en ídolos para toda una generación y sus tumbas han sido objeto de peregrinaje.
La consideración del suicidio ha variado a lo largo de la historia de la humanidad, unas veces se ha contemplado como un acto de rebeldía, de libertad y otras como una forma de pecado, delito o locura. El suicidio parece que entiende algo de geografía (hay más suicidios en las sociedades industrializadas) y de épocas (más a partir del siglo XX), de sexos (se suicidan más los hombres que las mujeres) y de edades (la mayoría en torno a los treinta - cuarenta años).
Los Estados y las religiones han perseguido durante mucho tiempo a los suicidas. Dante los colocó en el infierno convertidos en árboles donde las arpías se alimentaban de ellos causándolos dolor. En algunos países, incluso, se llega al absurdo de castigarlo con la pena de muerte. Toman el cuerpo exánime del suicida, lo cuelgan y lo exponen al escarnio público, para que aprendan. De alguna manera, la Iglesia, al prohibir que los suicidas fueran "enterrados en sagrado", los castigaba con la pena del destierro del cementerio.
En Grecia y en Roma el suicidio era en realidad un método de ejecución por propia mano de una pena de muerte decretada por la autoridad. Probablemente el caso más famoso es el de Sócrates, que se bebió la cicuta tras ser condenado, entre otros cargos, por corrupción de la juventud de Atenas. En algunas culturas, por ejemplo la japonesa, el suicidio se entendía como el único medio digno del hombre para superar una situación en la que su honor había quedado herido.
¿Una moda?
Poco tiempo después de que Wolfang Goethe publicase Los sufrimientos del joven Werther (1774), una ola de suicidios invadió a Europa. La novela narraba el amor de Werther y Carlota, una mujer ya comprometida, y el posterior suicidio de éste como resultado de la imposibilidad de su relación. El impacto de la historia fue tan grande que varios adolescentes que vivían amores contrariados siguieron el ejemplo del protagonista. Y no había duda de que la inspiración venía de la novela, pues vestían como Werther -chaqueta azul, chaleco amarillo, camisa abierta, pantalones blancos, botas altas marrones, sombrero redondo y el pelo sin empolvar- y descargaban el disparo de la pistola sentados en el escritorio y con un libro abierto frente a ellos. Algunos escritores del Romanticismo pusieron trágico fin a su vida, como Larra, Kleist y Nerval. El pintor romántico Alenza (cuyas obras se pueden ver en el Museo Romántico de Madrid) dibujó unas sátiras donde sus protagonistas cayeron víctimas de las letras y de la visión errada de la época:















Los dos suicidas más conocidos de la literatura española
Larra y Ganivet tuvieron muertes trágicas y prematuras. Los dos cultivaron el ensayo, la novela y el periodismo con una prosa clara , elegante, concisa, irónica y apasionada. Fueron precursores de la generación del 98, incrédulos, políglotas y cosmopolitas. A los dos les dolía España y fueron abandonados por sus respectivas amantes. Ambos enterraban una esperanza en cada artículo.Larra se suicidó de un pistoletazo en la sien derecha, segundos después de que su amante, Dolores Armijo, le devolviera sus cartas. Tenía veintisiete años. Antes había escrito en uno de sus artículos, La vida en Madrid, unas palabras que expresan este desengaño ante el mundo. El autor se asombra del ansia de vivir y concibe a Dios como un ser que predispone a los hombres a amar algo que no les hace felices:
[...] la vida es un amasijo de contradicciones, de llanto, de enfermedades, de errores, de culpas y de arrepentimientos [...] me asombro [...] de ese apego que todos tienen, sin embargo, a esta vida tan mala [...] porque solo un Dios y un Dios Todopoderoso podía hacer amar una cosa como la vida [...]
Mesonero Romanos, de una manera más castiza, había calificado su personalidad: “Es un misántropo, depresivo y escéptico”.
Ángel Ganivet se suicidó en Riga (Letonia) en 1898. Precisamente ese día había salido de su casa para recibir a su amante, Amelia Roldán, que llegaba a pasar una temporada con él. Tenía que tomar un pequeño barco para cruzar de su casa al centro de la ciudad, y cuando la barca estaba en el centro del río, de repente, se arrojó al agua. Aunque consiguieron sacarlo vivo, se soltó y volvió a tirarse. Tenía 33 años.
La heroica debilidad del suicidio
Todos los suicidas, independientemente de si tienen o no enfermedades mentales, terminan violenta y voluntariamente con su propia vida por la imposibilidad de seguir viviendo y, en el caso de algunos escritores, de seguir escribiendo. Demuestran un amor despegado a la vida, buscan la muerte digna y voluntaria cuando las circunstancias se tuercen y vivir se hace insoportable. Como escribe Jean-Jacques Rousseau, "cuando la vida es un mal para uno y no es un bien para nadie, está permitido librarse de ella". Los suicidas tienen miedo a vivir, a no saber estar, a la realidad. Para ellos el infierno es la propia vida. La angustia vital, el desengaño social, político, familiar o literario son ingredientes que se añaden al despecho amoroso. Alfonsina Storni expresaba de esta manera el amor a la vida y la aceptación de la muerte: “Tienes un deseo: morir, y una esperanza: no morir”. Para Guy de Maupassant, el suicidio era "la fuerza de quienes ya no tienen nada, la esperanza de quienes ya no creen, el sublime valor de los vencidos".
Nómina de escritores suicidas


A la lista de escritores suicidas del blog Algún día en alguna parte, le he añadido algunos nombres, aunque siguen faltando nombres de cantantes y compositores:

Bachman, Ingeburg, austriaco (1926-1973)
Chang, Iris, chinonorteamericana (1968-2005)
Covain, Kurt, norteamericano (1967-1994)
Empédocles, griego (495-430 a.C.)
Hrabal Bohumil, checo (1914-1997)
Kornblith, Martha, venezolana (1959-1997)
Lucrecio, romano (99-55 a.C.?)
Morrison, Jim, norteamericano (1943-1971)
Nerval, Gerald, francés (1808-1855)
Parra, Violeta, chilena (1917-1967)
Petronio, romano (entre el 47 y el 27 –65 a. C.)
Pizarnic, Alejandra, argentina (19361982)
Quental, Antero, portugués (1842-1891)
Rigaut, Jacques , francés (1899-1929)
Roorda, Henri, suizo (1870-1925)
Sá-Carneiro, Mario, portugués (1890-1916)
Séneca , romano (4 a.C.-65)
Storni, Alfonsina, argentina (1892-1938)
Tralk George, austríaco (1987-1914)
Trigo, Felipe, español (1864 –1916)
Vestrini, Miyó, venezolana (1938-1991) Recomiendo leer el impresionante poema “Zanahoria rallada”
Vaché, Jacques, francés (1895-1919)
Weininger, Otto, austríaco (1880-1903)
Wilms Montt, Teresa, chilena (1893-1921)

Para saber más
-Los suicidas, novela del escritor argentino Antonio Di Benedetto construye una historia en la que desde el principio y hasta el final el suicidio está presente. Abre el libro en la voz del protagonista:
 Mi padre se quitó la vida un viernes por la tarde.
Tenía 33 años.
El cuarto viernes del mes próximo yo tendré la misma edad.
-http://www.letralia.com/189/ensayo01.htm sobre poetas suicidas
-http://www.literaturas.com/v010/sec0309/suplemento/suicidas.htm
Muy interesante el prólogo “Qué matan los suicidas” de Benjamín Prado para la edición del libro "Suicidas" de la editorial Opera Prima. En este libro no sólo se reúne a unos cuantos autores suicidas, sino que en gran parte de los relatos el suicidio es un tema central o, como mínimo, una amenaza de fondo.
-http://de10.com.mx/wdetalle4523.html
artículo sobre 10 escritores suicidas
-http://librosdementira.com/literatos-suicidas-un-pasaje-directo-al-infierno/Literatos Suicidas: Un pasaje directo al infierno
-http://www.elpais.com/articulo/portada/mata/escritor/elpepusoceps/20080928elpepspor_7
-http://www.filmica.com/jacintaescudos/archivos/006797.html
-Revista Life fotos de escritores y músicos suicidas
-Fin de poema, Juan Tallón http://librujula.com/actualidad/1132-fin-de-poema-juan-tallon
-Alberto Olmos No tengo planes de suicidio, pero ...
- Laura Fernández, La mejor y más retorcida escritora británica que aún no conoces se llama Ann Quin

-Paula Carroto, "No entres, llama a papá": las mejores cartas de despedida de la historia de suicidas ilustres.

El escritor y crítico literario Toni Montesinos rescata en un libro las penosas vidas de grandes escritores que se abandonaron a la autodestrucción.


domingo, 22 de agosto de 2010

Textos satíricos y burlescos

Cuando se habla de poesía satírica y burlesca es corriente referirse a un tipo de literatura donde predominan componentes críticos y humorísticos. La poesía satirica destaca por su raíz moral, mientras que la poesía burlesca presenta una actitud inconformista del autor o un cierto regusto por envilecer la realidad.
1. Texto satírico: “Batalla de don Carnal y doña Cuaresma” del A. de Hita

https://www.scribd.com/doc/12537654/Batalla-de-Don-Carnal-y-DoNa-Cuaresma
Es una parodia de la épica, los ejércitos de don Carnal y de doña Cuaresma están compuestos por diferentes manjares de carne y de pescado, respectivamente, que se atacan y matan. El ejército de don Carnal es vencido, y su jefe encarcelado; pero el Domingo de Ramos logra escapar, al tiempo que doña Cuaresma desaparece. Y entonces don Carnal -en un pasaje en el que la sátira antieclesiástica se hace patente- es recibido con grandes honores por distintos representantes de la clerecía.
Análisis literario de la obra

2. Texto burlesco: "Boda y acompañamiento del campo" de Quevedo


Romance de un cortejo de boda entre don Repollo y doña Col con una descripción lúdica de un cortejo de once verduras-dama y ocho verduras-galán. Responde al deseo de invertir el orden de la creación, privando de la dignidad a los seres humanos y concediendo racionalidad y alma a lo puramente objetual. Poesía de diversión, juguetes cómicos que demuestran el ingenio y la agudeza del escritor.


Don Repollo y doña Berza,
de una sangre y de una casta,
si no caballeros pardos,
verdes fidalgos de España,
casáronse, y a la boda
de personas tan honradas,
que sustentan ellos solos
a lo mejor de Vizcaya,
de los solares del campo
vino la nobleza y gala,
que no todos los solares
han de ser de la montaña.
Vana, y hermosa, a la fiesta
vino doña Calabaza;
que su merced no pudiera
ser hermosa sin ser vana.
La Lechuga, que se viste
sin aseo y con fanfarria,
presumida, sin ser fea,
de frescona y de bizarra.
La Cebolla, a lo viudo,
vino con sus tocas blancas,
y sus entresuelos verdes,
que sin verdura no hay canas.
Para ser dama muy dulce
vino la Lima gallarda,
al principio, que no es bueno
ningún postre de las damas.
La Naranja, a lo ministro,
llegó muy tiesa y cerrada,
con su apariencia muy lisa,
y su condición muy agria.
A lo rico y lo tramposo
en su erizo la Castaña,
que la han de sacar la hacienda
todos por punta de lanza.
La Granada deshonesta
a lo moza cortesana,
desembozo en la hermosura,
descaramiento en la gracia.
Doña Mostaza menuda,
muy briosa y atusada,
que toda chica persona
es gente de gran mostaza.
A lo alindado la Guinda,
muy agria cuando muchacha,
pero ya entrada en edad,
más tratable, dulce y blanda.
La Cereza, a la hermosura
recién venida, muy cara,
pero con el tiempo todos
se le atreven por barata.
Doña Alcachofa, compuesta
a imitación de las flacas,
basquiñas y más basquiñas,
carne poca y muchas faldas.
Don Melón, que es el retrato
de todos los que se casan:
Dios te la depare buena,
que la vista al gusto engaña.
La Berenjena, mostrando
su calavera morada,
porque no regó en el tiempo
del socorro de las calvas,
Don Cohombro desvaído,
largo de verde esperanza,
muy puesto en ser gentil hombre,
siendo cargado de espaldas.
Don Pepino, muy picado
de amor de doña Ensalada,
gran compadre de doctores,
pensando en unas tercianas.
Don Durazno, a lo invidioso,
mostrando agradable cara,
descubriendo con el trato
malas y duras entrañas.
Persona de muy buen gusto,
don Limón, de quien espanta
lo sazonado y panzudo,
que no hay discreto con panza.
De blanco, morado y verde,
corta crin y cola larga,
don Rábano, pareciendo
moro de juego de cañas.
Todo fanfarrones bríos,
todo picantes bravatas,
llegó el señor don Pimiento,
vestidito de botarga.
Don Nabo, que viento en popa
navega con tal bonanza
que viene a mandar el mundo
de gorrón de Salamanca.
Mas baste, por si el lector
objeciones desenvaina,
que no hay boda sin malicias,
ni desposados sin tachas.

Otros poemas burlescos de Quevedo: Matraca de las flores y hortalizas y Boda de negros

Selección de poemas burlescos:
http://www.terra.es/personal2/glez-serna/burlas.htm
http://www.materialesdelengua.org/LITERATURA/PROPUESTAS_LECTURA/BARROCO/poesia.htm

Ignacio Arellano, La poesía burlesca áurea, ejercicio de lectura conceptista y apostillas al romance "Boda de negros" de Quevedo. 

sábado, 21 de agosto de 2010

Guías didácticas de cine


"Y uno de los recuerdos más potentes era lo que me provocaba el cine, ese oasis mágico, esa permanente tabla de náufrago". Carlos Boyero 

No hay manera de hacerse con ellas en la red, pero haberlas haylas (y son muy buenas).
Relación de guías didácticas editadas por el Centro de Comunicación y Pedagogía de la Asociación de Prensa:

Nº 1 “Jack Frost”
Nº 2 “Rebelión en la Granja”
Nº 3 “Manolito Gafotas”
Nº 4 “Tienes un E-mail”
Nº 5 “Búho Gris”
Nº 6 “El hombre bicentenario”
Nº 7 “Wild Wild West”
Nº 8 “Astérix y Obélix contra el César”
Nº 9 “El gigante de Hierro”
Nº 10 “Evasión en la granja” (Chicken Run)
Nº 11 “Titan A.E.”
Nº 12 “Shrek”
Nº 13 “Harry Potter y la piedra filosofal”
Nº 14 “La novia de Frankenstein”
Nº 15 “Kirikú y la bruja”
Nº 16 “Atlantis: El imperio perdido”
Nº 17 “La lengua de las mariposas”
Nº 18 “El Rey y yo”
Nº 19 “El diario de Bridget Jones”
Nº 20 “El Bola”
Nº 21 “El show de Truman”
Nº 22 “Jimmy Neutron, el niño inventor”
Nº 23 “Peter Pan. La gran aventura”
Nº 24 “Bowling for Columbine”
Nº 25 “La ruta hacia el Dorado”
Nº 26 “Yo soy Sam”
Nº 27 “Silencio roto”
Nº 28 “El niño que quería ser oso”
Nº 29 “Más pena que Gloria”
Nº 30 “Búho Gris”
Nº 31 “Todo sobre mi madre”
Nº 32 “Quiero ser como Beckham”
Nº 33 “Una casa de locos”
Nº 34 “La guerra de los mundos”
Nº 35 “Oliver Twist”
Nº 36 “Eres mi héroe”
Nº 37 “Shrek 2”
Nº 38 “Gisaku”
Nº 39 “Zafarrancho en el rancho”
Nº 40 “Mi nombre es Joe”
Nº 41 “La buena vida”
Nº 42 “La ruta hacia el dorado”
Nº 43 “Buscando a Nemo”
Nº 44 “Héctor”
Nº 45 “Te doy mis ojos”
Nº 46 “Super Size Me”
Nº 48 “Reino de los cielos”
Nº 49 “El laberinto del fauno”
Nº 50 “Nocturna, una aventura mágica”
Nº 51 “ET, el extraterrestre”
Nº 52 “Donkey Xote”
Nº 53 “Bandera de nuestros padres”
Nº 54 “Un puente hacia Terabithia”
Nº 55 “Réquiem por un sueño”
Nº 56 “Half Nelson”
Nº 57 “Diario de un rebelde”
Nº 58 “Las alas de la vida”
Nº 59 “Persépolis”
Nº 60 “Expediente Anwar”
Nº 61 “Buda explotó por vergüenza”
Nº 62 “La torre de Suso”
Nº 63 “Traffic”
Nº 64 “Gracias por fumar”
Nº 65 “Una verdad incómoda”
Nº 66 “La clase”
Nº 67 “Australia”
Nº 68 “Gran Torino”
Nº 69 “Ágora”
Nº 70 “Gente poco corriente”
Nº 71 “Precious”

La música y la poesía (o viceversa)


PAULA ARENAS revista@20minutos.es
La música y la poesía han mantenido vínculos tan fuertes desde tiempos tan remotos como los de la juglaría hasta los más actuales del rap que a menudo la frontera entre la una y la otra ha terminado por diluirse. Bob Dylan, Patty Smith, Tom Waits o Leonard Cohen han probado que el poder poético llega, aunque sea en una forma diferente a aquella en la que fue creada, más lejos cuando los versos crecen arropados por una melodía. Ya en España, Paco Ibáñez también dejó muy claro que la poesía podía volar muy alto en tiempos poco dados a ello elevándola a música y recurriendo a su poder de arma con la que agitar conciencias. Pocos han escapado a la voz del valenciano: Celaya, Otero, Neruda, Miguel Hernández, Lorca... Luis Eduardo Aute–además de Cantar sus propios poemas(eso son sus letras)– también rinde homenaje a otros, como Neruda en 20 Canciones de amor y un poema desesperado; nuestro juglar Amancio Prada, entre sus muchos trabajos, dedicó disco a Rosalía y a Lorca; Víctor Manuel y Ana Belén han dado voz y melodía a poemas de Guillén o Alberti, entre otros, y Javier Álvarez firmó en 2009 un trabajo salido de los versos de Pablo Guerrero. Y entre los más curtidos en estas lides, Joan Manue Serrat, que ya con Machado y Miguel Hernández mostró su maestría.
Luis Pastor: propulsión a chorro