jueves, 30 de noviembre de 2017

Calendario literario (Diciembre 2017) de Juan Bautista

El año se acaba y con él este singular calendario, doce meses y 365 escritores. Ha sido lo que ha habido y lo que ha cabido porque algunos escritores muy conocidos se han quedado fuera porque no encajaban en las fechas. Su autor desea que haya divertido (“el que más se ha divertido he sido yo”). Gracias, Juan Bautista, por dejármelo incluir en el blog.

Como ya sabéis, hay que pinchar en el enlace y, después, debajo de cada escritor para acceder a la información escrita y audiovisual:

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martes, 28 de noviembre de 2017

Mi primera manta

Nunca aprendí a hacer ganchillo porque no entendía por qué las mujeres no podían estar mano sobre mano, pensando, leyendo, rebelándose. Entre el continuo hacer de mi madre sin vacaciones y el ocio de mi padre, preferí, como hacía él, leer en mis tiempos libres. Ahora que estoy jubilada y tengo tiempo para todo, me he apuntado a clases de ganchillo en la Cruz Roja, donde un grupo de mujeres nos reunimos una vez a la semana. Solo había tejido con agujas de punto cuando mi sobrino era pequeño, le hice mil jerséis hasta que me cansé yo o se cansó su madre porque en la guardería era el único niño que llevaba jerséis hechos a mano. Al principio no sabía cómo coger el gancho, que en mis manos inexpertas parecía un estoque entrando a matar, y los puntos me salían desiguales, pero con práctica, paciencia y los tutoriales de Youtube he conseguido hacer mi primera obra: una manta retro hecha de cuadrados granny. Una manta, o sea yo en el sentido de poco hábil o inútil, creando una manta. La experiencia la he vivido con un frenesí inquietante, durante quince días no podía dejar de tricotar, todo el tiempo que le dedicaba me parecía poco. Ha sido una aventura mágica crear algo de la nada, improvisar, mezclar los colores... No domino la técnica, me he equivocado mil veces, pero lo he hecho. La pequeña manta es muy fotogénica, solo de cerca se observan los errores. A partir de ahora me lo tomaré con más calma, proyectaré un trabajo a largo plazo y solo tejeré a ratos perdidos (eso espero).

domingo, 5 de noviembre de 2017

El tiro por la culata

Le salió el tiro por la culata, vamos que se dio un tiro en el pie, que erró el tiro. "He pasado a mejor vida desde que me jubilé y quiero celebrarlo con vosotros en el bar La Gloria". Lo que era una mera invitación para tomar una copa con motivo del cumpleaños se convirtió en un homenaje por la jubilación en toda regla. Ella no quería eso, les había comentado: no quiero regalos, como mucho un poema, el mejor regalo es vuestra amistad. Lo decía de verdad, no con la boca chica. Había compartido con todos los invitados muchos momentos: cenas, viajes, confidencias, risas y, sobre todo, las barbacoas que se celebraban en el taller de automoción del instituto después de clase. Nunca hubo un sitio tan acogedor como ese marco surrealista donde se asaban chuletas con soplete entre herramientas, piezas de repuesto, motores y coches desmembrados aderezados con grasa.
En la cita le entregaron para que los leyese, ahí estuvo el error, un cuento y un álbum de recuerdos cuajado de fotos con una portada en la que aparecía un rostro sonriente y joven lleno de rizos que miraba asustado a la cámara y que no tenía nada que ver con su imagen en la actualidad. Lo piensa mientras riega las plantas que le regalaron, ahí sí acertaron. No se había llevado las gafas y apenas podía leer. Y siguieron unos minutos eternos, que a ella le parecieron de aburrimiento, en los que no pudo mirarles a la cara, porque se estaba preguntando qué es lo que había salido mal para sufrir esta tortura. No llevaba nada preparado y solo pudo darles las gracias porque sabía que lo habían hecho de corazón. Hay gente que disfruta con estas cosas. Ella no. Y ellos no se habían dado cuenta todavía, después de conocerse hace más de veinte años. El final del relato apuntaba a que todos tenemos todavía mucho pasado por delante, pero ella lo que quiere tener es mucho futuro en su compañía.

jueves, 2 de noviembre de 2017

Otoño mágico (haiku)


Los tulipanes de plástico han perdido hojas en el otoño y han anidado grullas.

Es el otoño.
las grullas anidando,
caen los pétalos.

Haiku, poema breve formado por tres versos de 5, 7 y 5 moras -sílabas- donde el objetivo es mirar lo universal con la mirada de un niño, trascender de lo ordinario a lo mágico y apagar el rumor del  pensamiento obsesivo y rumiante, para captar la emoción del momento. Los haikus son perfectos para trabajarlos  en clase y despertar el gusto por la poesía.


martes, 31 de octubre de 2017

Calendario literario (Noviembre 2017) de Juan Bautista

¡Cómo pasa el tiempo! El año literario camina a su fin... Y un detalle, a veces los vídeos tienen un clic para ver subtítulos, por ejemplo el del día 28, el de William Blake.

Como ya sabéis, hay que pinchar en el enlace y, después, debajo de cada escritor para acceder a la información escrita y audiovisual:

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domingo, 22 de octubre de 2017

Los hermanos escritores Eduardo y José Antonio Lago



En otra entrada hacía referencia a los hermanos escritores y citaba a los Lago, porque he tenido la suerte de haberlos conocido hace muchos años. Parecían Zipi y Zape, aunque no son gemelos ni mellizos: tan iguales y tan complementarios. Hijos de militar, fueron adolescentes gamberros y anarquistas, como correspondía. El mayor, Eduardo (1954), introvertido, moreno, tranquilo y relajado, estudió Filosofía; el pequeño, José Antonio (1955), pelirrojo, extrovertido, nervioso y gesticulante, estudió Políticas. El menor, más simpático, llevaba la voz cantante y arropaba al mayor. Cuando coincidí con ellos, ambos trabajaban como profesores de inglés en el colegio Covadonga del Hogar del Empleado y hacían esporádicas traducciones. Muy involucrados en la movida madrileña, fundaron la revista literaria ilustrada de Lavapiés La Campana* (1980), donde publicaron sus primeros pinitos literarios: entrevistas, poemas y relatos. Dar clases en el nocturno tenía sus ventajas, las horas estaban más comprimidas y había tiempo para todo, y sobre todo, permitía trasnochar.
Primero conocí a Eduardo. Hacía poco que había llegado de la India, tenía una hija pequeña, y de vez en cuando nos regalaba, después de luchar contra la informática, sin darle importancia, pequeños relatos que nos revelaban su verdadera personalidad, escondida tras su seriedad: un ser extremadamente sensible que, con rostro de George Harrison y mirada de Buster Keaton, observaba la realidad para luego contarla mejorada y ampliada. Programó un ciclo de cine para los alumnos en la sala Cadarso, que funcionaba entonces como salón de actos, y, en 1980 cuando asesinaron a John Lennon, le hizo un homenaje en sus clases. Poco después decidió cambiar de vida y probar fortuna en Nueva York. Allí lo encontré en su primer año en la ciudad. Ejerció como un cicerone impecable y me regaló un día inolvidable, nunca le había visto tan hablador.
Me llevó a los lugares que el turista apresurado no puede disfrutar: Washington Square, un viaje en metro, un paseo por Brooklyn  y vuelta a pie por el puente con vistas al skyline de Manhattan, imantados por su luz de cristal. Acabamos en un tugurio oyendo música en directo. Cuando nos despedimos, lo vi feliz, arropado por la noche calurosa, casi como el niño que aparecería en la portada de su libro Llámame Brooklyn. Poco después ya estaba totalmente integrado dando clases de literatura en la universidad y colaborando en distintos periódicos. Posteriormente llegó su nombramiento como director del Instituto Cervantes y ganó el premio Nadal.
José Antonio, el Rojo, lo sustituyó en el Covadonga. Recuerdo que lo confundí con su hermano pensando que se había teñido el pelo. Fue el primero en saborear la fama porque era letrista de La Mode, uno de los grupos de la nueva ola madrileña. Abandonamos juntos el colegio en una regulación de empleo y aprobamos las oposiciones el mismo año. Me he cruzado con él fugazmente en Vallecas, en la cooperativa de viviendas que auspició el Hogar del Empleado. Como tenemos amigos en común, ellos me han puesto al día de sus aventuras literarias.
La vida nos ha separado, pero el paso de los años no ha cambiado la idea que tenía de ellos: geniales, polifacéticos, con una vasta cultura, irónicos, entusiastas. Lo único que me extraña es que nunca hayan colaborado, ni firmado una obra conjuntamente.

Reproduzco para los nostálgicos la portada y la primera página del primer número de la revista La Campana


* Solo conservo 5 ejemplares de la revista (1,3,4,5 y 6). En el número 6 de 1985, que no sé si es el último, se excusan de una prolongada ausencia por "las múltiples ocupaciones de los colaboradores habituales, lanzados a la conquista del arte, música, prensa, radio, televisión y lo que se ponga por delante".

sábado, 21 de octubre de 2017

Más vale un por si acaso que quién se lo iba a figurar

Más vale un por si acaso que quién se lo iba a figurar, este dicho, digno de la Sibila, hace referencia a la necesidad de pensar bien las cosas antes de actuar para evitar mayores problemas, de ser precavidos para que no se produzca un desastre. Lo he recogido este verano en casa Zoilo de boca de Pepe García Español, el nonagenario más joven que conozco, que con una sonrisa pícara siempre tiene un chascarrillo villenero para cualquier ocasión y que es capaz de tocar el ukelele, de hacer la comida o tender la ropa.
La frase es lo suficientemente ambigua para que se pueda aplicar perfectamente a la autodeterminación unilateral de Cataluña que ha dividido a la sociedad en dos bandos nacionalistas: el bando españolista y el bando catalanista, que no deberían ser excluyentes. Unos y otros han llegado, sin diálogo, a un enfrentamiento que lleva a los catalanes al precipicio. Por favor, que los gobernantes busquen una salida airosa para este absurdo. Estamos a tiempo. 
No hay reunión entre amigos en la que no se discuta acaloradamente sobre el tema y empiezo a estar harta. Para rebajar la tensión y despejar las nubes de tormenta sólo se me ocurre frivolizar: "Olvidemos nuestro enfado y volvamos al amor, porque si no es a tu lado dónde voy a estar mejor", como cantaba Marie Laforet en 1964.